Cena en casino y victoria en Pucela

Pabellón Pisuerga

Dos acontecimientos copan la actualidad informativa del blog este fin de semana.

Uno, la cena de trabajo del viernes, una cena en el Gran Casino Nervión (que de "gran" no tiene nada, ya que he visto salones recreativos más grandes. Es más, he visto cuartos de las escobas más grandes) pero eso sí, con un menú de alto copete, y un precio de muy alto copete.

Nunca antes había estado en un casino, y la verdad, siempre me había imaginado que sería algo más grande. No me esperaba el Caesar´s Palace de Las Vegas, pero tampoco algo tan canijo.

La cena, pues típica cena de empresa. A gusto con los compañeros, haciendo unas risas, y donde salen todos los chascarrillos que, como es obvio, en la cena han de quedar.

Tras la cena algunos valientes optaron por desafiar el polar frío que sacudía las calles de Bilbao y se animaron a irse de copas, sobre todo los que por tener que esperar a primera hora para sus trenes/autobuses/trineos, no tenían más remedio, pero yo, que tenía que coger el autobús para Valladolid el sábado a las 10:00 de la madrugada, opté por retirarme, ya que entre pitos y flautas eran ya las 2 de la mañana.

El sábado fue el día del partido, una salida como las de otros años, con buen rollo en el autobús, en la comida, y en el pre-partido, con muy buen trato por parte de los aficionados vallisoletanos, solo que esta vez, a diferencia de temporadas anteriores, fuimos nosotros los que nos llevamos la victoria (73-74) en un partido en el que no jugamos ni a tabas y en el que las cosas estaban muy negras (Ayer se vio, que si Marcelinho no funciona, chungo pastel)

Pero bueno, se ganó, y lo que es importante, se ganó juganao mal, como si fuéramos un grande. Y la victoria, que prácticamente supone el ticket para la Copa, hizo que el viaje de vuelta fuera mucho más alegre que los de años anteriores, y toda una fiesta cuando coincidimos con los jugadores al hacer la parada a la vuelta. A destacar este bailecito que se marcó Recker:

¡Ya era hora de no salir siempre del Pabellón Pisuerga con la sensación de derrota!