Los protagonistas departiendo amablemente ante la atenta mirada del Súper.
Lo bueno de no esperar absolutamente nada de una película es que es difícil que decepcione, y que a nada que tenga alguna cosa positiva, la sorpresa siempre es agradable. Es lo que me ha pasado con esta película, a la que fui mentalizado de encontrarme con un bodrio de la talla 7 y vi que no estaba tan mal.
La película, que no llega al nivel (excelente para mi gusto) de la primera entrega, se define por sus detalles. Algunos sublimes (las pequeñas chorraditas que dan un sabor tan Ibáñez, como ese OVNI que circula por la calle en un plano secundario y sin venir a cuento, o la forma de plantar en boca del Súper el título de la historieta) y otros como para deportar al director a Siberia.
El argumento es totalmente de tebeo de Mortadelo; un supervillano quiere eliminar toda el agua de la tierra para comercializar sin competencia su infumable Botijola, rodeandose de un elenco de sicarios a cual más pintoresco, y secuestra al Profesor Bacterio, quien ha escondido su invento en algún lugar en el pasado, que dos agentes de la TIa tendrán que buscar mediante la máquina del tiempo.
La película no destaca por su calidad, y no será recordada como una obra maestra del séptimo arte, pero al menos es entretenida, aunque hay momentos en los que dan ganas de levantarse e irse del cine, esos momentos videoclip en los que el surrealismo se torna aburrido, así como también resulta insultante el final, con cierto Deus Ex con cierto personaje que, al estilo Matrix, salva la papeleta pero desguaza el desenlace de la película.
Ese tipo de detalles hace que no se pueda decir que esto sea una buena película, pero también es verdad que, salvo esos enormes puntos negros, consigue reflejar, incluso mejor que la primera, la esencia de los tebeos, con muchos y buenos detallitos.
En cuanto a la selección de actores, pues he de admitir que aunque elegir a Eduard Soto como Mortadelo era a priori una de las mayores cagadas que podían haber hecho, el hombre no lo hace mal, y consigue, pese a lo difícil que es, no rechinar demasiado, y aunque el parecido físico es nulo (y aquí toda comparación con Benito Poncino resultaría estéril) su actuación sea probablemente mejor que la de éste, aunque en algunos momentos parece olvidar que está interpretando a Mortadelo y no al Neng de Castefa.
Rompetechos, que aquí tiene menos protagonismo que en la primera, en su línea, el Superintendente Vicente mucho más fiel a su espíritu jeta y corrupto de la primera, y la hermana de Mortadelo, pues como que no viene muy a cuento.
La calificaría de "mediocre pero divertida", y diría que hay escenas que sobran, pero en líneas generales, creo que puede servir para pasar un rato ameno, y sobre todo disfrutar de los pequeños detalles del universo Ibález desperdigados por la película.
Aunque entiendo perfectamente que habrá a quien no le guste la película, igual que hay gente que (para mí inexplicablemente) afirma que la primera fue una auténtica porquería.
esta es una de las que me niego a ver
ResponderEliminarbásicamente para no perder otro mito de infancia...
Pol sietto, de esto no sabía nada de nada...
http://www.elpais.com/articulo/agenda/novio/Guti/hermana/elpepugen/20080220elpepiage_3/Tes