Se acabó el horario de verano. A decir verdad, se acabó, con el verano, hace una semana, pero hoy es la primera tarde que me toca trabajar. No son muchas, y no voy a quejarme, pues por suerte solo trabajo una tarde semanal, pero acostumbrado al horario de verano, pues como que cuesta retomar el ritmo. La semana pasada me libré, ya que me tocaba el lunes y lo cogí libre por mi viaje a Madrid, pero hoy ya no me libro.
Antes trabajaba los lunes a la tarde, pero como estoy en la academia, que es de 6 a 8, resulta del todo incompatible, por lo que alternaré las tardes entre los martes y los jueves. No sé cómo serán los jueves, pero los martes a la tarde la oficina está totalmente desierta, y me siento como el Hombre Omega, solo que sin zombis ni vampiros.
Así que, bueno, los días que tenga tarde me tocará tirarme en la oficina hasta las 8 de la tarde, que ya pronto se convertirán en 8 de la noche (así que aunque esté opositando no renunciaré del todo a "salir" por la noche), pero vaya, que ojalá todos los males sean como éste, que peor era cuando trabajaba en Vitoria, que me tocaba trabajar todos los días por la tarde, como ya relatara hace más o menos un año.
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