En mi búsqueda de empleo me topé con ofertas mejores, otras peores, y muchas de ellas engañosas. Algo que siempre me maravilló es cómo en un mundo, como es el de las entrevistas de trabajo, donde se supone que el candidato debería vender su CV al entrevistador, las cosas se acaban volviendo del revés y...
¡Alarma!
Estaba yo un lunes a la mañana, consultando el suplemento sepia del periódico del domingo, cuando mis ojos se fijaron en una oferta de trabajo, que ponía "Asesoría", y que aunque la ilusión de mi vida no era una asesoría, tampoco lo era estar en pijama a las 10 de la mañana de un lunes, así que llamé. Me citaron para la entrevista tal que ese viernes.
Acudí a la entrevista y la chica que me recibió me empezó a contar maravillas de la empresa, que pertenecen a un enorme grupo, líder a nivel mundial, que son la repanocha (notaba un cierto deja vu de mi experiencia con Axa) y pronto me empieza a hablar de que lo que se hace es implantar el producto y venderlo al cliente -¿O sea, comercial?- pregunté, antes de que ella empezara a contar las maravillas del trabajo, que sí, en efecto, hay una labor comercial, pero que es solo parte del trabajo. También me comenta que esto tiene una estructura piramidal (vale, no lo dice con esas palabras, pero en cuanto me empieza a contar que uno empieza a trabajar, que luego le ascienden a jefe de grupo, con lo que cobra comisiones de lo que vende él y de lo que venden sus subordinados, para finalmente acabar gestionando una sucursal, yo no podía evitar la imagen mental de los amigos Keops, Kefrén y Micerinos bailando una conga) y recuerdo la frase "yo también empecé como tú, y ahora tengo mi propia sucursal."
Me dice que cuando empiece me asignarán un jefe de grupo que me explicarán las cosas (ésa es otra, para ellos siempre vas a empezar, no dicen "si empiezas", dicen "cuando empieces", dando por hecho que vas a aceptar su oferta) y bueno, toda pregunta que le hago sobre el trabajo y las condiciones es hábilmente (o vilmente) capotada con un "eso ya te lo explica tu jefe de grupo el próximo día". Pese a mi cada vez más evidente falta de interés por la oferta, o tal vez a causa de ella, pasa al tema goloso, dinero. Me dice que esto funciona en gran parte con comisiones, pero que hay un fijo, 300 euros semanales, que se pagan religiosamente cada viernes. Eso de los 300 euros semanales no había quien se lo creyera, pero habría sido de tontos no averiguarlo, y como tampoco tenía muchas cosas más importantes que hacer, decidí probar suerte.
Me citaron para empezar el martes, a mí y a todos los pardillos del proceso de selección, y ahí estaba, rodeado de un grupo de chavalines y chavalinas que tenían toda la pinta de estar recién salidos de la universidad, y deseosos de insertarse en el mundo del trabajo basura (yo por entonces tenía 27). Por turnos nos van asignando jefes de grupo y zonas. A mí me corresponde un tal Galder, un chaval bastante majete, más o menos de mi edad, y la zona que nos toca es Santutxu (un barrio de Bilbao que está a tiro de metro) pero a otros les tocan zonas tan variopintas como Santurtzi, Mungia, Portugalete... (municipios más o menos cercanos a Bilbao) ¡Logroño!
Salimos a la calle, y cuando nos encaminamos hacia el metro le pregunto a Galder acerca del "fijo", y no me sorprende mucho cuando me mira extrañado y me explica que no existe tal fijo, que esto es comisión pura y dura, y obviamente, el tema de la Seguridad Social, pues si me quiero dar de alta en Autónomos, yo mismo. Como la mañana ya la tenía perdida, decido acompañarle, pero le explico, "bueno, a ti te han pedido que me expliques como va el tema, así que bueno, te acompaño, pero ya te adelanto que esto no me interesa, y que me toca bastante las narices que me mientan descaradamente en la entrevista, que si me llegan a decir bien las cosas no me hacen perder la mañana de hoy", y me comenta que, efectivamente, es una cabronada, y que en esa empresa son bastante fenicios, y que en cuanto encuentre algo mejor él también se pira.
Llegamos a destino (el billete de metro me lo tuve que pagar yo, que no es que me importe demasiado, pero dice mucho del obrar de la empresa, y por si alguien tiene la curiosidad, sí, los que fueron a Logroño tuvieron que pagarse el viaje de su bolsillo) y veo que el trabajo consiste en ir de tienda en tienda vendiendo alarmas, o mejor dicho vendiendo miedo, y a todas con el mismo rollo "hola, tenemos este sistema de alarmas que es lo mejor que hay, y hemos seleccionado diez comercios, entre los cuales está el suyo para hacer la experiencia piloto, en unas condiciones inmejorables, bla, bla, bla..." Huelga decir que eso de los diez comercios se lo decía a todos".
Como huelga decir que al de un rato, después de ver el panorama, agradecí a Galder que me explicara cómo iba el tema, y que fuera el único en tener la decencia de contar las cosas como eran, y tras transmitirle un textual "diles que la oferta no la acepto porque no me interesa, y diles también que se vayan a tomar por culo, que si me explican esto el viernes, no me hacen perder hoy la mañana" me fui de vuelta a casa.
¡Alarma!
Estaba yo un lunes a la mañana, consultando el suplemento sepia del periódico del domingo, cuando mis ojos se fijaron en una oferta de trabajo, que ponía "Asesoría", y que aunque la ilusión de mi vida no era una asesoría, tampoco lo era estar en pijama a las 10 de la mañana de un lunes, así que llamé. Me citaron para la entrevista tal que ese viernes.
Acudí a la entrevista y la chica que me recibió me empezó a contar maravillas de la empresa, que pertenecen a un enorme grupo, líder a nivel mundial, que son la repanocha (notaba un cierto deja vu de mi experiencia con Axa) y pronto me empieza a hablar de que lo que se hace es implantar el producto y venderlo al cliente -¿O sea, comercial?- pregunté, antes de que ella empezara a contar las maravillas del trabajo, que sí, en efecto, hay una labor comercial, pero que es solo parte del trabajo. También me comenta que esto tiene una estructura piramidal (vale, no lo dice con esas palabras, pero en cuanto me empieza a contar que uno empieza a trabajar, que luego le ascienden a jefe de grupo, con lo que cobra comisiones de lo que vende él y de lo que venden sus subordinados, para finalmente acabar gestionando una sucursal, yo no podía evitar la imagen mental de los amigos Keops, Kefrén y Micerinos bailando una conga) y recuerdo la frase "yo también empecé como tú, y ahora tengo mi propia sucursal."
Me dice que cuando empiece me asignarán un jefe de grupo que me explicarán las cosas (ésa es otra, para ellos siempre vas a empezar, no dicen "si empiezas", dicen "cuando empieces", dando por hecho que vas a aceptar su oferta) y bueno, toda pregunta que le hago sobre el trabajo y las condiciones es hábilmente (o vilmente) capotada con un "eso ya te lo explica tu jefe de grupo el próximo día". Pese a mi cada vez más evidente falta de interés por la oferta, o tal vez a causa de ella, pasa al tema goloso, dinero. Me dice que esto funciona en gran parte con comisiones, pero que hay un fijo, 300 euros semanales, que se pagan religiosamente cada viernes. Eso de los 300 euros semanales no había quien se lo creyera, pero habría sido de tontos no averiguarlo, y como tampoco tenía muchas cosas más importantes que hacer, decidí probar suerte.
Me citaron para empezar el martes, a mí y a todos los pardillos del proceso de selección, y ahí estaba, rodeado de un grupo de chavalines y chavalinas que tenían toda la pinta de estar recién salidos de la universidad, y deseosos de insertarse en el mundo del trabajo basura (yo por entonces tenía 27). Por turnos nos van asignando jefes de grupo y zonas. A mí me corresponde un tal Galder, un chaval bastante majete, más o menos de mi edad, y la zona que nos toca es Santutxu (un barrio de Bilbao que está a tiro de metro) pero a otros les tocan zonas tan variopintas como Santurtzi, Mungia, Portugalete... (municipios más o menos cercanos a Bilbao) ¡Logroño!
Salimos a la calle, y cuando nos encaminamos hacia el metro le pregunto a Galder acerca del "fijo", y no me sorprende mucho cuando me mira extrañado y me explica que no existe tal fijo, que esto es comisión pura y dura, y obviamente, el tema de la Seguridad Social, pues si me quiero dar de alta en Autónomos, yo mismo. Como la mañana ya la tenía perdida, decido acompañarle, pero le explico, "bueno, a ti te han pedido que me expliques como va el tema, así que bueno, te acompaño, pero ya te adelanto que esto no me interesa, y que me toca bastante las narices que me mientan descaradamente en la entrevista, que si me llegan a decir bien las cosas no me hacen perder la mañana de hoy", y me comenta que, efectivamente, es una cabronada, y que en esa empresa son bastante fenicios, y que en cuanto encuentre algo mejor él también se pira.
Llegamos a destino (el billete de metro me lo tuve que pagar yo, que no es que me importe demasiado, pero dice mucho del obrar de la empresa, y por si alguien tiene la curiosidad, sí, los que fueron a Logroño tuvieron que pagarse el viaje de su bolsillo) y veo que el trabajo consiste en ir de tienda en tienda vendiendo alarmas, o mejor dicho vendiendo miedo, y a todas con el mismo rollo "hola, tenemos este sistema de alarmas que es lo mejor que hay, y hemos seleccionado diez comercios, entre los cuales está el suyo para hacer la experiencia piloto, en unas condiciones inmejorables, bla, bla, bla..." Huelga decir que eso de los diez comercios se lo decía a todos".
Como huelga decir que al de un rato, después de ver el panorama, agradecí a Galder que me explicara cómo iba el tema, y que fuera el único en tener la decencia de contar las cosas como eran, y tras transmitirle un textual "diles que la oferta no la acepto porque no me interesa, y diles también que se vayan a tomar por culo, que si me explican esto el viernes, no me hacen perder hoy la mañana" me fui de vuelta a casa.
Las mentiras de las entrevistas, es lo que tienen...te prometen el oro y el moro y luego cuando menos te lo esperas ¡zas, en toda la boca!.
ResponderEliminarEn uno de los trabajos me dijeron que el horario era de 8-2 y de 4-6:30, cuando era de 8-3 y 5-8 dos días, con el agravante que al entrar, hacían horas extras. Sí horas extras. Nos la chupamos un compañero y yo, porque decían que era algo puntual. Puntual de un mes para nosotros, para el resto casi 3 meses.
El salario no mintieron, pero apestaba a pijo que te echabas para atrás. Yo es que lo contaré algún día en mi Blog, pero adelanto que me hicieron vacío o lo que se llama "Mobbing". La peor empresa que estuve y por lo visto, la gente no veo que hable muy bien de ella...
Saludos.