Este fin de semana ha sido un tanto atípico, en bastantes aspectos. Tampoco es que haya pasado gran cosa, pero hay que dar de comer al blog.
El viernes fue probablemente el mejor día, ya que recibía la visita de dos amigos de Barcelona, los de la foto, a los que tenía pendiente enseñar mi flamante (y no porque esté ardiendo) casa desde hace tiempo, cuestión que por un motivo u otro no se había podido realizar antes. Pero bueno, por fin pudimos quedar, y tras comer, menos opíparamente de lo que suele ser habitual en mí, en el bufet chino, y tras dar una vuelta por el Arenal, donde estaba el campeonato de ajedrez, que parecía importante, por fin les enseñé la casa, donde estuvimos charlando, y jugando a juegos de mesa.
Después de despedirnos de ellos, nos fuimos a Galdakao, donde eran fiestas. No es que me apeteciera demasiado, pero quedarme en casa, máxime sabiendo que era lo que probablemente me tocaría hacer el sábado, no era la mejor opción, y además, otros factores obligaban a salir, así que cogí el Jokinmóvil (más que nada porque era la única forma de llegar) y nos plantamos allí. Y bueno, sin mayor historia, salvo por el detalle de que acabamos llegando a casa a las 6 de la mañana (raro en mí un viernes) y, naturalmente, yo sobrio, que alcohol y volante: NO.
Del sábado, a destacar sin duda la quedada de los de la Piña Marko Banic con el jugador, que nos invitó a tomar algo y a charlar un rato amigablemente por la tarde, mientras nos contaba cosas de los Juegos Olímpicos, en los que participó con Croacia, del equipo, de su vida, y de todo un poco. Un rato bastante agradable, sin duda. Y en la foto el souvenir que, como nos prometió, nos trajo desde China.
Y eso fue todo lo que respecta al sábado, ya que a las 10 estaba en casa, y a falta de planes, y sin ganas de ponerme a organizar nada a esas horas, me quedé en casita, y a las 23:45 ya estaba en la cama (tenía chip de que era domingo, en todos los aspectos) y a las 12 ya dormido (e ilocalizable, ya que apagué el móvil). Aunque por desgracia el Sr. Insomnio hizo sus apariciones estelares a las 3 y a las 5 de la madrugada. Apasionante. Y aún más raro en mí un sábado. A las 3 suelo estar despierto, sí, pero no en la cama.
Y del domingo también, poco que destacar, salvo que al final me acabé acostando a las 2, y hasta las 4 y pico no concilié el sueño. ¿Será este insomnio producto de las oposiciones? ¿Me dará mucho la murga?
Espero que no, y bueno, en definitiva, esto es cuanto ha dado de sí este fin de semana.
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