A lo largo de mi singladura por el proceloso mar de la búsqueda de empleo, o mejor dicho, de la búsqueda activa de empleo, me topé con gente de todo tipo. Contratadores más o menos honestos, cuyas ofertas decliné por ser poco interesantes (o que oparon por otros candidatos que les gustaban más que yo), y auténticos aprovechados, que ven en el pobre buscatrabajos una fuente de recursos que explotar.
Entre estos encuadraría esta empresa, que se autodefine como consultoría, que responde al nombre de:
Aldalan
Cierta mañana de enero, poco después de las navidades, y con mi vocación abogadil pendiente de un hilo, recibí la llamada de estos señores, que me ofrecían una entrevista para presentarme sus métodos y ayudarme a buscar trabajo, y como eso era precisamente lo que yo quería, acepté. Supuse que estos serían otro ente subvencionado, al estilo de Lan-Ekintza y similares, supuse.
Llegué al pabellón industrial en el que estaban ubicados (Polígono Sangróniz, en Sondika, para más señas), y allí me atendió un tal Pablo, con quien tenía concertada la entrevista, un tipo trajeado, con aspecto de comercial. Junto con él había otro tipo, cuyo nombre no recuerdo, con más pinta de matón que otra cosa, y que también debía de ser de la empresa. Aunque a la pregunta de ¿te importa que él esté en la entrevista? dije que no importaba, que se quedara.
El tal Pablo me empezó a cantar las maravillas de Aldalan (¡alerta, alerta!) de sus maravillosos métodos de búsqueda activa de empleo, de las trescientas empresas con las que tenían convenios (lo de las trescientas empresas y lo de la búsqueda activa de empleo, si no lo dijo al menos trescientas veces, es que no lo dijo) y que ellos tenían acceso a ofertas de trabajo estupendísimas, de las que no salen en prensa y que solo ellos conocen, que te maquean el curriculum, que te ayudan en la búsqueda activa de empleo, que tienen convenios con trescientas empresas... Total, que en cuanto empezó a hablarme de que había que pagar una cuota dejé de escuchar, y a partir de aquel momento solo vi una cara que emitía sonido, intercalando "búsqueda activa de empleo" y "convenios con trescientas empresas". Así durante un rato, en el que ya me podría haber hablado en urdu, que habría dado igual. En cuanto vi de qué palo iba, aguanté lo indispensable para no levantarme de la silla y marcharme de la sala dejándole con la palabra en la boca (además, vaya usted a saber si al otro matón lo tenían para eso).
Cuando terminó y me preguntó si estaba interesado, mi respuesta fue "eso de pagar 300 euros, como que no lo veo", y siguió con la traca, que si la búsqueda de empleo para arriba, que si las trescientas empresas para abajo, y ahí ya le corté, explicando que si estaba buscando trabajo era precisamente porque necesitaba dinero, y que no me sobraban 300 euros para irlos regalando por ahí.
De hecho, creo que le dije, "mira, hagamos una cosa, tú me consigues un trabajo tan maravilloso como esos de los que me hablas, y de mi primer sueldo te doy 300 euros, sin problemas, pero no pienso pagar dinero a cambio de nada", y me marché, no sin un cierto mosqueo, por haber perdido la tarde en esa tontería, y porque a ninguno nos gusta que nos intenten tomar el pelo.
Lo que me da rabia es que se aprovechen de manera tan mezquina de la gente. Es simple, si quieres dinero, coge una necesidad y explótala. Cualquiera en sus cabales pagaría 300 euros por un buen trabajo, o un trabajo mejor, claro. Yo mismo los hubiera pagado si supiera que iba a ser cierto. Pero pagar por nada, va a ser que no.
Y lo peor es que hay gente que picará. Así que mi consejo a todo el que esté buscando trabajo es el siguiente: Desconfía de quien te "venda" un empleo y te pida dinero a cambio. No te importe pagar por formación, pero no des un duro por buscar trabajo, que hay alternativas gratuitas, y posiblemente más fiables".
Entre estos encuadraría esta empresa, que se autodefine como consultoría, que responde al nombre de:
Aldalan
Cierta mañana de enero, poco después de las navidades, y con mi vocación abogadil pendiente de un hilo, recibí la llamada de estos señores, que me ofrecían una entrevista para presentarme sus métodos y ayudarme a buscar trabajo, y como eso era precisamente lo que yo quería, acepté. Supuse que estos serían otro ente subvencionado, al estilo de Lan-Ekintza y similares, supuse.
Llegué al pabellón industrial en el que estaban ubicados (Polígono Sangróniz, en Sondika, para más señas), y allí me atendió un tal Pablo, con quien tenía concertada la entrevista, un tipo trajeado, con aspecto de comercial. Junto con él había otro tipo, cuyo nombre no recuerdo, con más pinta de matón que otra cosa, y que también debía de ser de la empresa. Aunque a la pregunta de ¿te importa que él esté en la entrevista? dije que no importaba, que se quedara.
El tal Pablo me empezó a cantar las maravillas de Aldalan (¡alerta, alerta!) de sus maravillosos métodos de búsqueda activa de empleo, de las trescientas empresas con las que tenían convenios (lo de las trescientas empresas y lo de la búsqueda activa de empleo, si no lo dijo al menos trescientas veces, es que no lo dijo) y que ellos tenían acceso a ofertas de trabajo estupendísimas, de las que no salen en prensa y que solo ellos conocen, que te maquean el curriculum, que te ayudan en la búsqueda activa de empleo, que tienen convenios con trescientas empresas... Total, que en cuanto empezó a hablarme de que había que pagar una cuota dejé de escuchar, y a partir de aquel momento solo vi una cara que emitía sonido, intercalando "búsqueda activa de empleo" y "convenios con trescientas empresas". Así durante un rato, en el que ya me podría haber hablado en urdu, que habría dado igual. En cuanto vi de qué palo iba, aguanté lo indispensable para no levantarme de la silla y marcharme de la sala dejándole con la palabra en la boca (además, vaya usted a saber si al otro matón lo tenían para eso).
Cuando terminó y me preguntó si estaba interesado, mi respuesta fue "eso de pagar 300 euros, como que no lo veo", y siguió con la traca, que si la búsqueda de empleo para arriba, que si las trescientas empresas para abajo, y ahí ya le corté, explicando que si estaba buscando trabajo era precisamente porque necesitaba dinero, y que no me sobraban 300 euros para irlos regalando por ahí.
De hecho, creo que le dije, "mira, hagamos una cosa, tú me consigues un trabajo tan maravilloso como esos de los que me hablas, y de mi primer sueldo te doy 300 euros, sin problemas, pero no pienso pagar dinero a cambio de nada", y me marché, no sin un cierto mosqueo, por haber perdido la tarde en esa tontería, y porque a ninguno nos gusta que nos intenten tomar el pelo.
Lo que me da rabia es que se aprovechen de manera tan mezquina de la gente. Es simple, si quieres dinero, coge una necesidad y explótala. Cualquiera en sus cabales pagaría 300 euros por un buen trabajo, o un trabajo mejor, claro. Yo mismo los hubiera pagado si supiera que iba a ser cierto. Pero pagar por nada, va a ser que no.
Y lo peor es que hay gente que picará. Así que mi consejo a todo el que esté buscando trabajo es el siguiente: Desconfía de quien te "venda" un empleo y te pida dinero a cambio. No te importe pagar por formación, pero no des un duro por buscar trabajo, que hay alternativas gratuitas, y posiblemente más fiables".
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