Otro examen, otra prueba superada, aunque esta vez nada tenía que ver con las oposiciones, sino que se trataba de la ITV, que ya me zumbaron el año pasado, y que tuve que aprobar en la repesca.
Así que iba yo a Arrigorriaga con una cierta intranquilidad, si bien un elemento conflictivo, que eran las ruedas, ya las había cambado, que si llego a ir con las otras ruedas, de gastadas que estaban, el de la ITV se ríe de mí y luego me hace volver a Bilbao en autobús. En ese orden.
Pero el coche tiene sus años, y tenía miedo de que algún achaque sobrevenido me diera algún disgusto, como la sorpresa del año pasado, que emitía demasiados gases, y hubo que reparar. Pero todo bien, y siguiendo mi triunfal racha de aprobar exámenes, el coche pasó la ITV sin tener siquiera fallos leves.
Así pues, una preocupación menos en la cabeza que llevarme de vacaciones.
Desde luego lo tuyo parecen ser los examenes, tendre que mandarte a hacer los mios.
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