martes, 27 de abril de 2010

E.S.O. (Entidad Sobrenatural Oculta)

No querrás volver al cine.

Hay películas que dan argumentos a los que sistemáticamente menosprecian el cine español, acusándolo de ser obra de cuatro amiguentes que ruedan un largometraje de nula calidad y venden la moto a la Administración para vivir de las subvenciones, que si tiene que ser de la recaudación se mueren de hambre. Debo decir que combato frontalmente esa postura, pero es cierto que esta "película" le da buenos argumentos.

Ya su desafortunado título (haciendo el "ingenioso" juego de palabras con esta figura de nuestro sistema educativo) puede hacerle perder muchos espectadores, que bien podrían esperar encontrarse con alguna pseudocomedia estilo "Mentiras y Gordas", o por ser un poco más castizos, algo estilo "el E.T.E. y el oto",. Espectadores, que no se esperen que la película tenga nada que ver con eso. Es bastante peor.

El planteamiento es sencillo, un instituto de secundaria está edificado sobre un antiguo hospital, construido por masones, del que se dice que pesa una maldición, pues unos niños fueron ahí enterrados vivos, y un grupo de chavales decide investigar, siendo una de ellas una niña con percepción para ver fantasmas, pues dejan caer que su padre descubrió cosas en la India, su madre es mediovidente, y otros detalles que no especifican.

Al margen de su escasa originalidad, la planicie de sus personajes y lo sinsorgo de sus diálogos, la película parece un compendio de cosas que no se deben hacer, como personajes explicando en todo momento lo que hacen, como si el espectador fuera gilipollas (Autonota: si el espectador ha pagado por ver esto, es que es gilipollas) y repitiendo constantemente sus nombres, como si de comentaristas deportivos se tratara.

Las actuaciones son pobres, incluso para ser actores noveles, en un plantel en el que solo se salva el, por otra parte innecesario, cameo de Fernando Guillén, los planos mal sacados, la iluminación a veces dañina y el sonido que es un dolor.

Además, hay otro problema añadido, y es que la película está rodada en catlán, por lo que la versión en castellano está doblada. Pero está doblada por los propios actores, lo que da un resultado lamentable, y otorga a las escenas la misma naturalidad que la que tendría una pera con sabor a coca-cola, y la frescura de un lenguado que llevara 3 semanas en una nevera desenchufada.

Un despropósito mayúsculo, que encima revive mis traumas subjetivos, cuando finalmente nos muestran a los fantasmas de los niños del instituto (¡agh, parecen los de la Cinta Blanca de Haneke!) o ese entrenador de baloncesto, doblado por el mismo que dobla a Joseph Fiennes en Flashforward (por si acaso alguien se tomara la película en serio a estas alturas)

Podría hacer incluso un recital de pequeñas cagadas de esta película, pequeños detalles de coherencia o raccord, pero sinceramente creo que no merece la pena, pues ya estoy dedicando a este engendro más líneas que las que se merece.

Y creo que no puedo hacer más que recomendar a los lectores que bajo ningún concepto vayan a ver eso.

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