Hoy toca entrada friki, pues hablaré de la partida de rol que tuvimos ayer en la lonja, que fue una de rol en vivo pero bastante vistosa, ya que contaba con el añadido de que todos nos habíamos caracterizado para la ocasión, siendo parte partida de rol, parte fiesta de disfraces (cosa que personalmente me encanta)
El título de la partida, el dicho, basado en un capítulo de las Cronicas Transilvanas del JdR Vampiro, de una campaña que curiosamente ya había jugado, y una partida en la que el politiqueo y los dobles juegos estaban a la orden del día, debido a un valioso recurso que se subastaba, que atraía a todo tipo de personajes como un tarrón de miel a las moscas.
Mi personaje en este caso era Bulscu, un antiguo vampiro transilvano, de noble linaje y acostumbrado a reinar desde hace mucho tiempo, pero que tenía el problema del imparable auge otomano (hablamos del año 1680) y debía buscar apoyos, de forma discreta, para que Francia y Habsburgo tomaran cartas en el asunto (como históricamente pasaría) para expulsar a los turcos.
Lógicamente, cada personaje tenía sus propias motivaciones, y la dificultad estribaba en buscar el equilibrio, escuchar a unos y a otros, hacer las ofertas adecuadas y evitar ser traicionado, cosa que afortunadamente, pues a veces las cosas salen bien, sucedió.
Pero sin duda la parte más divertida fue la de las caracterizaciones, donde no solo la lonja había sido decorada para mostrar un aspecto más adecuado, sino que los jugadores se habían ataviado para parecerse a sus personajes, en lo que visto desde fuera bien podría parecer una obra de teatro. Mención especial al refinado cortesano francés y a la siniestra Sasha Vykos.
Añado también, sin gastos adicionales a su cargo, que durante la partida no nos dedicamos a apuñalar ancianas con katanas en marquesinas, ni estuvimos quemando biblias, ni invocando demonios, y que como puede verse, lo más parecido que había ahí a un arma era una espada de plástico, meramente decorativa.
El título de la partida, el dicho, basado en un capítulo de las Cronicas Transilvanas del JdR Vampiro, de una campaña que curiosamente ya había jugado, y una partida en la que el politiqueo y los dobles juegos estaban a la orden del día, debido a un valioso recurso que se subastaba, que atraía a todo tipo de personajes como un tarrón de miel a las moscas.
Mi personaje en este caso era Bulscu, un antiguo vampiro transilvano, de noble linaje y acostumbrado a reinar desde hace mucho tiempo, pero que tenía el problema del imparable auge otomano (hablamos del año 1680) y debía buscar apoyos, de forma discreta, para que Francia y Habsburgo tomaran cartas en el asunto (como históricamente pasaría) para expulsar a los turcos.
Lógicamente, cada personaje tenía sus propias motivaciones, y la dificultad estribaba en buscar el equilibrio, escuchar a unos y a otros, hacer las ofertas adecuadas y evitar ser traicionado, cosa que afortunadamente, pues a veces las cosas salen bien, sucedió.
Pero sin duda la parte más divertida fue la de las caracterizaciones, donde no solo la lonja había sido decorada para mostrar un aspecto más adecuado, sino que los jugadores se habían ataviado para parecerse a sus personajes, en lo que visto desde fuera bien podría parecer una obra de teatro. Mención especial al refinado cortesano francés y a la siniestra Sasha Vykos.
Añado también, sin gastos adicionales a su cargo, que durante la partida no nos dedicamos a apuñalar ancianas con katanas en marquesinas, ni estuvimos quemando biblias, ni invocando demonios, y que como puede verse, lo más parecido que había ahí a un arma era una espada de plástico, meramente decorativa.
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