Decir Bioware es decir RPG de ordenador, y en 2003 sacó esta maravilla que es Knights of the Old Republic, un RPG ambientado en el universo de Star Wars pero 4000 años antes, en plena guerra Sith-República.
Y precisamente manejamos a un soldado de la República (no tiene por qué ser hombre y no tiene por qué ser soldado, pero así lo jugué yo) que tras una batalla va a caer al planeta-ciudad Taris, donde comenzará su búsqueda, una búsqueda que le llevará a lugares como Tatooine, Korriban o Manaan, empezando como un pringado de nivel 1 y llegando a ser un héroe legendario de nivel 20.
Sí, niveles. Porque KOTOR, al igual que el Neverwinter Nights utiliza el sistema d20, lo que lo convierte en intuitivo a la hora de subir de nivel. para el combate tenemos la opción de hacerlo en tiempo real o de pausar para dar las instrucciones con las que partir la pana a los enemigos, y con los objetos que nos encontremos iremos mejorando los personajes del grupo. Grupo que irá creciendo con los personajes que, en función de nuestras acciones, se nos irá uniendo al grupo.
Lo mejor de este juego, además de su logradísima ambientación, es la sensación de no linealidad, que permite decidir lo que hace el personaje y escoger su camino no solo en el sentido literal de ir a uno u otro planeta sino de optar por la senda luminosa del Jedi o caer en el lado oscuro del Sith, así como de relacionarse mejor o peor con algunos personajes.
El argumento, que no voy a contar aquí, está bastante logrado, con un interesante giro de guión hacia el final del juego, cuando descubrimos algo sobre el enigmático Darth Revan, que da a la historia un nuevo giro totalmente diferente.
No es un juego demasiado largo. Al menos a mí no me lo pareció. Y ha envejecido muy pero que muy bien. Ahora me toca probar la segunda parte y ver si KOTOR 2 está a la altura del primero.
Y precisamente manejamos a un soldado de la República (no tiene por qué ser hombre y no tiene por qué ser soldado, pero así lo jugué yo) que tras una batalla va a caer al planeta-ciudad Taris, donde comenzará su búsqueda, una búsqueda que le llevará a lugares como Tatooine, Korriban o Manaan, empezando como un pringado de nivel 1 y llegando a ser un héroe legendario de nivel 20.
Sí, niveles. Porque KOTOR, al igual que el Neverwinter Nights utiliza el sistema d20, lo que lo convierte en intuitivo a la hora de subir de nivel. para el combate tenemos la opción de hacerlo en tiempo real o de pausar para dar las instrucciones con las que partir la pana a los enemigos, y con los objetos que nos encontremos iremos mejorando los personajes del grupo. Grupo que irá creciendo con los personajes que, en función de nuestras acciones, se nos irá uniendo al grupo.
Lo mejor de este juego, además de su logradísima ambientación, es la sensación de no linealidad, que permite decidir lo que hace el personaje y escoger su camino no solo en el sentido literal de ir a uno u otro planeta sino de optar por la senda luminosa del Jedi o caer en el lado oscuro del Sith, así como de relacionarse mejor o peor con algunos personajes.
El argumento, que no voy a contar aquí, está bastante logrado, con un interesante giro de guión hacia el final del juego, cuando descubrimos algo sobre el enigmático Darth Revan, que da a la historia un nuevo giro totalmente diferente.
No es un juego demasiado largo. Al menos a mí no me lo pareció. Y ha envejecido muy pero que muy bien. Ahora me toca probar la segunda parte y ver si KOTOR 2 está a la altura del primero.
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