Como bien saben quienes me conocen, hace unos años unos rayos láser aplicados sobre mis ojos me sirvieron para mejorar mi visión, eliminando esas incómodas dioptrías de más. Esa cirugía recomienda de vez en cuándo echarle un ojo (soy la hostia de ingenioso cuando me lo propongo) para ver que todo va bien.
Primero te miran con unas máquinas, para medir vayausteasaber qué cosas, y la tensión ocular, con un soplidito en pleno ojo, y luego las clásicas pruebas de qué letra ves.
También te miran la retina, para lo cual te aplican ese picante colirio que te deja la pupila del tamaño de una pelota de tenis, con la fotosensibilidad a flor de piel. Lo que hoy, día luminoso como pocos, es una putada.
Aún me dura el efecto, pero por desgracia para mañana se me habrá pasado, así que tendré que ir a trabajar.
Primero te miran con unas máquinas, para medir vayausteasaber qué cosas, y la tensión ocular, con un soplidito en pleno ojo, y luego las clásicas pruebas de qué letra ves.
También te miran la retina, para lo cual te aplican ese picante colirio que te deja la pupila del tamaño de una pelota de tenis, con la fotosensibilidad a flor de piel. Lo que hoy, día luminoso como pocos, es una putada.
Aún me dura el efecto, pero por desgracia para mañana se me habrá pasado, así que tendré que ir a trabajar.
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