Hacía años que no iba a la playa (dos, para ser exactos, cuando estuve en Mallorca), y más años aún (podrían ser fácilmente 8) que no me bañaba en una playa del Cantábrico.
Pero ayer estaba yo en casa aburrido cuando me propusieron el plan de ir a Sopelana, aprovechando el buen tiempo (¡por fin, sol en julio!), plan que acepté de inmediato.
Estuvimos un buen rato espatarrados en la arena, con el típico plan playero (cartas y helado) y luego tocaba la prueba de sumergirse en las gélidas aguas del Mar Cantábrico, que de gélidas tenían poco. La verdad, se estaba de maravilla, y me tiré un agradable rato haciendo la marsopa.
Después, como se ve en la oto, tiro con arco y hacer un poco el ganso con balón de playa, luchando contra el viento. Divertido plan, sin duda, para un domingo por la tarde.
Pero ayer estaba yo en casa aburrido cuando me propusieron el plan de ir a Sopelana, aprovechando el buen tiempo (¡por fin, sol en julio!), plan que acepté de inmediato.
Estuvimos un buen rato espatarrados en la arena, con el típico plan playero (cartas y helado) y luego tocaba la prueba de sumergirse en las gélidas aguas del Mar Cantábrico, que de gélidas tenían poco. La verdad, se estaba de maravilla, y me tiré un agradable rato haciendo la marsopa.
Después, como se ve en la oto, tiro con arco y hacer un poco el ganso con balón de playa, luchando contra el viento. Divertido plan, sin duda, para un domingo por la tarde.
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