Nada es para siempre, y esto también se aplica al deporte. Hoy se anunciaba la despedida del que era el gran símbolo del Bilbao Basket, el capitán Marko "Pollo" Banic. Este gran jugador llegó hace ya 7 años, cedido por el entonces poderoso Akasvayu Girona, y tras una temporada floja, se acabó quedando, para ir creciendo en paralelo al club y convertirse en uno de los mejores pívots de la ACB, y un pilar importantísimo en el equipo.
Pero la marcha de este jugador tiene componente no meramente deportivo, y no es un tópico deir que Banic no es un jugador más, ya que durante un tiempo fui miembro de su Piña, lo que me permitió ver el baloncesto de otra manera, y conocerle un poco fuera de los terrenos de juego, donde demostró que era igual de grande que dentro de la pista. Un tipo francamente simpático y afable.
Tampoco puedo dejar de mencionar la marcha de otro de los jugadores más carismáticos, el letón Janis Blums a quien siempre tendremos que agradecerle, entre otras cosas, que nos hiciera de intérprete en aquella cafetería rusa.
Esto unido a la marcha de Aaron Jackson, y la más que probable de D´Or Fischer, hace que ahora sean tiempos grises para el equipo de negro. Pero también se fueron otros, como Salgado, Vidorreta, Weis, Scott, Germán Gabriel, Marcelinho, Hamilton... y otros vinieron en su lugar.
Y Marko, el gran Marko Banic, pues por una parte da pena que se marche, pero también debo darle mis más sinceros deseos de que le vaya bien allá donde vaya, pues a un jugador que ha dado tanto al equipo durante estos años no se le puede desear sino lo mejor. Por mí, ojalá se hubiera quedado en el Bilbao Basket hasta jubilarse, pero todo el mundo tiene derecho a intentar cambiar de aires en su trabajo. A partir de ahora, miraré de reojo los resultados del que resulte ser su afortunado nuevo equipo.
Tampoco puedo dejar de mencionar la marcha de otro de los jugadores más carismáticos, el letón Janis Blums a quien siempre tendremos que agradecerle, entre otras cosas, que nos hiciera de intérprete en aquella cafetería rusa.
Esto unido a la marcha de Aaron Jackson, y la más que probable de D´Or Fischer, hace que ahora sean tiempos grises para el equipo de negro. Pero también se fueron otros, como Salgado, Vidorreta, Weis, Scott, Germán Gabriel, Marcelinho, Hamilton... y otros vinieron en su lugar.
Y Marko, el gran Marko Banic, pues por una parte da pena que se marche, pero también debo darle mis más sinceros deseos de que le vaya bien allá donde vaya, pues a un jugador que ha dado tanto al equipo durante estos años no se le puede desear sino lo mejor. Por mí, ojalá se hubiera quedado en el Bilbao Basket hasta jubilarse, pero todo el mundo tiene derecho a intentar cambiar de aires en su trabajo. A partir de ahora, miraré de reojo los resultados del que resulte ser su afortunado nuevo equipo.
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