martes, 9 de octubre de 2012

De atracos y bancos

Esto con el Solitario no pasaba.

Una tranquila sucursal, un martes cualquiera por la mañana. Los clientes hacen cola, y entre ellos hay uno que mira nervioso a todas partes, sin perder de vista al vigilante de seguridad. 

Pero pronto, como esto va de un atraco, el cliente sospechosos desenfunda su pistola y empieza a gritar:

-¡Quieto todo el mundo, esto es un atraco!

Algunos clientes se sobresaltan, otros se asustan. Algún despistado cree que es todo una broma de cámara oculta, y el atracador no deja de encañonar a todo el mundo, y de pegar gritos.

-¡No quiero héroes! ¡Vengo en serio y no me importa llevarme a alguien por delante!

Apuntando directamente al empleado de la ventanilla, le pone delante una bolsa para que la llene de dinero. El ventanillero, con parsimonia, se dirige hacia la caja, bajo la atenta mirada del nervioso atracador. Poco después, regresa con la bolsa, y se la da al atracador, que abre la bolsa, para contar el dinero, y tuerce el gesto, con desaprobación.

-¿Pero esto qué es? ¿Me tomas el pelo? ¡Aquí falta dinero!¡Te he dicho que me traigas todo el dinero!
-Sí, se lo he traído. Pero del botín hemos tenido que detraerle un 10%, en concepto de comisión por atraco.
-¿Qué? ¿Tú te estás quedando conmigo?
-Lo siento, caballero -con voz casi mecánica- son las normas de la entidad.
-¿Pero qué broma es esta? ¡Que venga el director de la sucursal ya, o me llevo a alguien por delante!

Alertado por los gritos, aparece un hombre elegantemente trajeado, y con una sonrisa de oreja a oreja. Es el director de la sucursal, que con cálida voz pregunta "¿Qué está pasando?"

-¡Mire, señor, no estoy para tonterías! ¡Este tipo quiere cobrarme un 10% de la comisión sobre lo atracado!
-Sin duda, caballero, eso es intolerable. Según la última circular del BCE, la comisión por atraco es del 12% y no del 10%. 

El ventanillero saca unos billetes de la bolsa con el botín, ante la estupefacción del atracador

-¿Pero qué tomadura de pelo es esta? ¿Me está diciendo que el banco se queda con ese porcentaje del botín?
-A decir verdad, señor, a la comisión bancaria hay que aplicar el IVA, y otros impuestos indirectos, ya que se considera que es un servicio. -el ventanillero vuelve a sacar billetes de la bolsa- Ahora, caballero, ¿querrá el botín en metálico, o en efectivo?
-¿Cómo lo voy a querer? ¡En efectivo, joder!
-Ah, bueno, en tal caso, la operación lleva una comisión adicional del 18%. -el ventanillero vuelve a meter la mano en la bolsa.
-¡Pero bueno, esto es un abuso!
-No se queje -le interrumpe otro de los clientes- en el banco de al lado le cobran un 21%
-¡Pero no me lo puedo creer! -mira su exigua bolsa- ¡Aquí no quedan ni 5000 euros!
-Vaya, pues tengo que decirle que para operaciones inferiores a 6000 euros se aplica otra comisión, del 3%.
-Vale, está bien, quite lo que tenga que quitar, y ya me voy.

El atracador hace ademán de marcharse, pero el director de la sucursal le interrumpe.

-Perdone, caballero, aún no hemos hablado de los gastos derivados de la operación.
-¿¿¿Gastos???
 -Claro. Tenga usted en cuenta que el tiempo vale dinero. Además, cada vez que se abre y cierra la puerta de seguridad, pues eso no es gratis.
-Está bien, está bien. ¿Cuánto más quiere?
-Oh, no mucho, realmente. Con un 10% bastará.
-No pienso...
-Oiga, caballero, no se haga usted el valiente. Sabemos que tiene usted una hipoteca contratada con nosotros. ¿No irá usted a hacer ninguna tontería, verdad?
-Pero, pero...
-Así me gusta. Ahora, sin movimientos bruscos, firme este recibo, por favor.
-Vale, vale, ¿pero con esto está ya?
-Casi. Solo faltaría otra pequeña comisión de cierre, y ya estará todo finiquitado. Otro 5% adicional.
-Señor director -dice el ventanillero- con lo que queda en la bolsa no hay para pagar la comisión de cierre.
-Oh, vaya -sonríe el director- así que tenemos un descubierto. 
-¿Cómo un descubierto?
-Pero no se preocupe, hombre, el banco es su amigo, y le proponemos un cómodo plan de financiación, con unos tipos realmente ventajosos de interés. Podemos ofrecerle un préstamo personal, o una ampliación del crédito hipotecario, a un cómodo Euribor+12%.

Horrorizado, el atracador se dirige al agente de seguridad y le dice "¡Oiga, esto que me están haciendo es un atraco! ¿Es que no piensa usted hacer nada!"

-Lo siento señor, yo tengo con ellos el crédito del coche y aún me faltan 3 letras por pagar. Y esta gente es muy peligrosa.

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