Por ir al chiste fácil, se puede ver sin haber visto las 7 anteriores.
Ricardo Darín es un poderoso reclamo para una película, ya que además de ser un gran actor, acostumbra a elegir bien sus papeles. Algo parecido se puede decir de Belén Rueda, así que un trabajo en el que salen los dos ofrece una cierta garantía de calidad. Aunque en esta ocasión el protagonismo es indiscutiblemente para Darín.
Interpreta a un abogado de éxito en proceso de separación, que el día en el que tiene que enfrentarse a un importante caso, haciendo algo tan sencillo como llevar los hijos al colegio los pierde... en el rellano de la escalera. Y lo que al principio es un simple contratiempo dará paso a la estupefacción, a la impotencia y a la angustia, sin saber de quién fiarse y de quién no, en un aceptable thriller doméstico, ya que una gran parte de la trama se desarrolla dentro del portal.
La verdad es que la película me ha dado exactamente lo que esperaba de ella, buena hechura, sin ser tampoco algo excepcional, una trama aceptable y verosimil (si acaso algo previsible, aunque dentro de lo razonable) y una buena actuación de Ricardo Darín, en su papel de hombre llevado al límite.
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