Dinero que brilla en la oscuridad.
Se acabó la Aste Nagusia, que para las pocas ganas que le tenía no ha estado mal. Y acabó, como suele ser habitual, con el turno de barra del sábado tarde, siendo el de ayer uno de los más estresantes que recuerdo. No porque hubiera demasiada gente, que este año ha sido bastante pobre en ese aspecto la verdadl venía más que el lunes pero éramos suficientes para dar un buen y pronto servicio. El problema fue cuando a las 22:40 empezó a fallar el cuadro eléctrico. Dejó de funcionar la música, se fueron algunos focos, algunos caños no refrigeraban, las cámaras empezaban a fallar...hasta que nos quedamos sin luz durante casi media hora, buscando a todo correr soluciones. Además, no solo fallaba la parte eléctrcia sino que lo que no dependía de la luz también tenía a bien fallar, con gracietas de la ley de Murphy como todos los caños de cerveza agotándose a la vez... un show.
Afortunadamente, tras media hora eterna sin luz ni música, todo volvió a la normalidad y pudimos seguir el turno sin mayores complicaciones.
Curiosamente, el rato que estuvimos sin corriente, y en contra de lo que se podría pensar, fue cuando más dinero entró en caja. Debe de ser que sin música la gente se dio cuenta de que tenían que hablar entre sí y prefirieron emborracharse a oscuras.
Hay un truco que hacen los DJ en el mundo que es poner musica reelajada de vez en cuando para que la gente pare de bailar, y entonces es cuando todos van a pedir algo de beber. Y esto es lo que pasó.
ResponderEliminarTambién esa media hora fue muy rapido el servicio, solo te pedian las cosas una vez y los entendias perfectamente.