Yo también fui un oompa-loompa.
La inminente campaña de Navidad, y la falta de ideas sobre las que escribir hoy, me ha traído a la memoria uno de los múltiples trabajos que desempeñé en mi época de currito de ETT. Esta vez hablaré de un lugar que era bastante menos idílico que lo que podría sugerir su nombre.
La fábrica de juguetes
No era la primera vez que me llamaban de este sitio, pero anteriormente había sido para ofrecerme un contrato de 3 meses (toda la campaña), trabajo que rechacé, pues estaba preparando las oposiciones, y trabajar todos los días era un lujo que no podía permitirme. Pero más tarde me llamaron para un día suelto y acepté.
Debía ir a Bedia, al almacén de una conocida marca de juguetes (Bizak), y por comentarios que había oído de otros compañeros de ETT, el sitio tenía bastante mala fama. Ya de entrada, pagaban bastante poco (por debajo de 6 euros la hora, lo que allá por 2006 era algo pobre) y el encargado del almacén tardó 3 minutos en demostrar el porqué de la mala reputación, cuando en vez de saludar con buenos días saludó con gruñidos, y a unos que llegaron 3 minutos tarde (3 minutos, literal) les soltó un amable "vosotros os marcháis 3 minutos más tarde", sin saludar ni nada.
Y así transcurrió la mañana, vaciando camiones y llenando cajas con peluches y robots de juguete, con un jefe tirano (algo, por desgracia muy habitual, pero a lo que afortunadamente no estoy acostumbrado), al que solo le faltaba restallar el látigo si alguien paraba para descansar.
Pero lo peor de todo era cuando trataba de ser simpático. Estábamos vaciando uno de los camiones, y entre el cansancio y la desgana, y que el contenido no era frágil, pues digamos que no tratábamos la mercancía con toda la delicadeza que fuera necesaria (sin entrar en vandalismos, ojo), y cuando lo vio, se acercó a nosotros, y nos gritó "eh, las cajas tratadlas con cuidado, como a vuestra novia". Y luego, como queriendo arreglarlo y queriendo hacer la gracia añadió algo muy parecido a "al menos al principio, no luego que ya la podéis tratar a patadas". Se hizo el silencio, y hasta los grillos se quedaron callados.
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