La película de marras.
Cosas raras que pasan cuando la realidad supera a las ficciones más psicodélicas. Hallábame yo hoy en el metro con unos amigos cuando la conversación ha derivado al cine español, y de ahí ha salido la infame película "La ignorancia de la sangre", sobre la cual tengo una opinión francamente desfavorable, por lo que he procedido a criticarla ferozmente, en modo "Jokin criticando película". La parte delirante acaece cuando un viajero del metro (visiblemente ebrio, por otra parte) aparece de la nada y me dice airado "a ver si te callas un poco, que yo he participado en esa película".
La respuesta racional y adecuada habría sido exigirle de inmediato que se disculpara (no por haber interrumpido una conversación ajena, sino por haber participado en esa película) pero la estupefacción ha invocado un tremendo cono de silencio, acompañado por mis esfuerzos por aguantar la risa. Y así hemos permanecido, en un silencio e irrisorio silencio hasta que el viajero, con un look a lo Pocholo Martínez Bordiu, se ha bajado del metro.
Me queda la duda de si realmente había tenido que ver con la película o si simplemente se quería quedar con nosotros. Pero en previsión de que fuera el primer caso, creo que lo justo habría sido denunciarlo a las autoridades. Alguien que haya tenido que ver con "La ignorancia de la sangre" debería responder por ello cuando menos ante una corte penal internacional.
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