Donde pone el ojo, pone la bala.
"Película de Clint Eastwood" ya es para mí un reclamo poderoso. En este caso se lanza a ofrecer una película que define como antibelicista, en la que nos cuenta la vida de Chris Kyle (Bradley Cooper), el francotirador más letal del ejército de los EEUU, causante de un montón de bajas en la guerra de Irak.
Aquí nos lo presentan como lo que seguramente sería; un redneck ultrapatriota con talento para ser soldado y nos cuentan su vida, y su adiestramiento (inevitable recordar la Chaqueta metálica de Kubrick) así como lo alienante que resulta la guerra, y cómo su verdadero hogar no es su casa de Texas ni su verdadera familia su mujer y sus hijos, sino que de alguna manera necesita la guerra para estar en paz consigo mismo.
En ese contexto, dinamiza la película su particular duelo con la estrella del equipo rival, un peligroso francotirador cuyo duelo con Kyle recuerda en cierto modo a la estupenda "Enemigo a las puertas" y tiene escenas de acción verdaderamente interesantes, algunas de ellas incluso agobiantes, como la evacuación forzada de un edificio rodeada de enemigos que no paran de venir (y morir).
Tal vez un poco maniquea (nosotros los buenos, ellos los malos) y un final muy americano, con un héroe muy heroico. Pero la película en general sí me ha gustado, pues era exactamente lo que parecía que iba a ser. En ese sentido, una película honesta.
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