Irrompible y adorable.
Kimy es una chica de 30 años que trata de llevar una vida normal, a pesar de que su pasado tiene una peculiaridad: que acaba de salir de un bunker donde ha estado los últimos 15 años, víctima de una secta religiosa, pensando que había llegado el apocalipsis y se había terminado el mundo.
La serie, en forma de sitcom, narra las peripecias de Kimmy y su manera de adaptarse al mundo, rodeada de personajes tan absurdos como mandan los cánones del género y viviendo todo tipo de situaciones descabelladas, con un humor muchas veces tontorrón pero casi siempre eficaz, destacando momentos como el de la escuela pública o el juicio de Kimmy. Todo ello desde el prisma de perpetua felicidad del colorido personaje protagonista, con su perpetua alegría y a veces sus toques de ingenuidad.
No es una serie imprescindible, pero como comedia ligera es graciosa, teniendo momentos muy chanantes, como el de la escuela pública y el juicio, o algunos flashbacks muy divertidos de su época del bunker.
Y la propia Ellie Kemper está como para envolverla en papel de regalo, añado.
Y la propia Ellie Kemper está como para envolverla en papel de regalo, añado.
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