¡Como te pongas tonto, te nomino!
Como el título sugiere, este película es más o menos una secuela de la desastrosa e inexplicablemente endiosada Cloverfield, y logra sobrepasar holgadamente el nivel de su predecesora, a pesar del no muy glorioso desenlace que sigue a un interesante planteamiento y un más que correcto desarrollo. El final, que tranquilos, no voy a contar aquí, no es especialmente malo pero sí excesivamente inverosímil y me daba la impresión de chocar demasiado con el tono de la película. Se ve que está orientado a llamar a las puertas de una nueva saga.
Si en la anterior nos contaban, cámara en mano la destrucción de Nueva York a manos (o garras) de un monstruo gigantesco, primo hermano de Godzilla y cuñado de Cthulhu, aquí prescinden del found footage, usando una estética más convencional para contar la historia de una chica (la siempre encantadora Mary Elizabeth Winstead) que al comienzo de la crisis alien/bicho/primigenio sufre un accidente y despierta en el bunker de un fanático de la supervivencia, interpretado por el siempre enorme y aquí perturbador John Goodman.
De ahí, un thriller claustrofóbico que mantiene un ritmo aceptable durante la película, quizás con demasiadas concesiones al espíritu de McGyver, pero con alguna escena impactante (como la que pone fin a la escena de la foto) y que consigue no estrellarse del todo en el desenlace.
Aprobada.
Aprobada.
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