Lord Byron, el poeta que robó mi voz.
Lo prometido es deuda, así que aquí inicio la crónica de lo que han sido mis TdN, y en esta entrada hablaré del jueves y el viernes.
JUEVES
Empezamos las jornadas como ya suele ser habitual, dirigiendo rol en mesa el jueves por la tarde. Cultos Innombrables es el juego y Proyecto Tartarus la partida, en la que los personajes forman parte de una rama de la NASA dedicada a buscar actividad de los Mitos en otros planetas del sistema solar y tienen que enfrentarse a terrores ocultos en una de las lunas de Plutón. Iba con la lógica incertidumbre de ser la primera vez que dirigía la partida, pero parece funcionar.
Por la noche toca rol en vivo, con una de las partidas más intensas de las jornadas: Nuestras más terribles sombras, en la que doy vida al histórico Lord Byron, un personaje cruel y emocionalmente tóxico al que es todo un reto interpretar. Una apuesta muy interesante, por una parte por el gran componente teatral de la partida (sobre todo cuando tengo que improvisar un monólogo a la muerte de mi hija Allegra) y por el siempre desafiante reto de interpretar al malo. Pero no un malo de los de película, de los que ponen la bomba en el rascacielos o atan a la muchacha a la vía del tren y se ríen mientras se mesan el bigote, sino un malo real, alguien cruel y manipulador, de esos que existen en la realidad. En todos los años que llevo jugando a rol en vivo he manejado todo tipo de personajes malvados y he perpetrado infinidad de maldades virtuales, pero pocos personajes consiguieron hacerme sentir más sucio que Lord Byron. Y tan afónico, por cierto.
VIERNES
El único día que no dirijo incluye, como era de esperar, borrachera de roles en vivo, participando hasta en 4.
Por la mañana juego por fin Terapia de sombras, partida que iba a haber jugado en las Rolea y que al final no pudo ser. Es una de estas partidas en las que es difícil reseñar sin hacer spoiler, pero que bebe mucho de la escuela nórdica del rol en vivo, lo que incluye interiorizar, gritar y lloriquear por los rincones. Todo ello con una trama de fondo muy bien hilada y algunas interpretaciones muy buenas que consiguen un constante nivel de tensión. La pena, que al recordarme demasiado a una partida que había dirigido años atrás, la sorpresa final me la vi venir demasiado pronto. Pero por lo demás, una buena partida, recomendable.
No fue tan de mi agrado ¡Náufragos!, una de piratas, muy al estilo de las partidas de rol en vivo que se hacían a principios de siglo (con reglas, objetivos y tal) en la que soy un pirata que quiere provocar un motín para evitar que la locura del capitán nos lleve a todos al abismo, pero no hay manera.
Más me gustó, del viernes por la tarde, el rato que saqué para colaborar en una escena, haciendo de notario, en el vivo Padre, al que me quería haber apuntado pero no cogí plaza, y que me deja con los dientes aún más largos y con la clara intención de apuntarme al pase que se haría al día siguiente.
Para cerrar, lo que podemos definir como un rol en vivo de juguete: Lo que hacemos en las tinieblas. Basada en la película "Lo que hacemos unas sombras", hago de Giorgio Feluci, un productor italo-mostoleño que quiere grabar un documental en casa de unos supuestos vampiros. Una partida muy ligerita y muy graciosa, para hacer unas risas.
Seguimos mañana con sábado y domingo.
Nota: Por no andarlo repitiendo en todos los días, por cierto, todos acaban con un "y después del vivo de la noche nos fuimos al Pepe John´s a tomar unas cañas y socializar con la gente de las jornadas hasta las mil".
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