Los mejores, Verdú y Clavijo.
Rara. Una de esas películas que te dejan con la sensación de no haberla entendido. A ver, el mensaje subyacente se entiende a la perfección, pues es la radiografía de una escena abusiva con un marido maltratador anulando y sometiendo por completo a su sufrida mujer, con momentos que, por verosímiles, llegan a ser verdaderamente escalofriantes, pero a veces se pierde demasiado en lo alegórico, y no termina de quedar muy claro si esconde algo más detrás de tanto surrealismo.
El planteamiento es completamente teatral, pues es (y se nota), la adaptación a pantalla de un libreto, y es curioso el planteamiento de contar la historia en la que solo hay dos personajes (más un tercer elemento), que son interpretados por varios actores, pero la historia es la misma. Aunque claro, esto tiene sus riesgos, y es que si pones a jugar en la misma liga a Víctor Clavijo y a Eduardo Noriega... las comparaciones son odiosas y pasa lo que pasa.
Al final son seis historias cortas, que en el fondo son la misma, y aunque consigue transmitir sensaciones, un exceso de psicodelia (el título es literal) llega a distraer demasiado, y el ritmo es tan excesivamente desigual (con capítulos mucho mejores que otros, en el que el peor es el último), que emborrona demasiado el producto, y además la fórmula se va deshaciendo demasiado deprisa, hasta el punto en que los 80 minutos que dura no se hacen cortos en absoluto.
Tiene cosas positivas, y momentos muy significativos, pero en general me parece una apuesta fallida y que no me ha emocionado especialmente. No me ha horrorizado, pero tampoco la recomiendo.
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