Lammers practica la maniobra Heimlich a un rival que se había atragantado con el balón.
El partido que no pensé que vería, el de regreso a Miribilla, ha sido más sufrido de lo que esperaba. Todos pensábamos que iba a ser una victoria fácil, pero el TAU Castellón no ha venido a hacer regalos, y han dado mucha, pero que mucha guerra.
La primera canasta del partido, de hecho, parecía que iba a ser de ellos, y aunque ha habido un conato de irse en el marcador por parte de los locales, lo han sabido voltear y terminar el primer cuarto con ventaja (20-24, si mal no recuerdo).
El segundo cuarto ha empezado muy bien, con el Bilbao Basket montado en una apisonadora conducida por Rigo, pero el show del arbitraje, que solo pitaba faltas a los de negro. y que no fallaban los tiros libres ni tirando de espaldas, ha hecho que se llegara al descanso con un abierto 44-41.
El show ha seguido en el tercer cuarto, lo que les ha hecho ponerse por delante, pero entonces los árbitros han cogido el gusto a pitarles faltas también a ellos y se ha reconducido hasta el 67-64 del tercer cuarto.
Ya en el último la cosa ha estado bastante apretada, con el visitante Williams empeñado en meter todo lo que tiraba y Bilbao Basket fallando ataque tras ataque, hasta que a falta de un par de minutos de terminar el partido, con 78-78 en el marcador, el público de Miribilla ha empezado a rugir y haciéndose bueno el tópico del sexto jugador, los visitantes se han desmoronado, han perdido el tino y el 9-0 que ha cerrado el partido ha hecho que la victoria en el marcador pareciera más holgada que lo que se ha visto durante el partido.
Lo importante: dos jornadas, dos victorias. Hacía tiempo que no se veía algo así en Bilbao.
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