Fácil y rico.
Una de las cosas que más me gustaron de la gastronomía china cuando estuve allí eran los dumplings, una especie de empanadillas rellenas que se preparan al vapor, y que de vez en cuándo me da por hacer en casa. O, en el caso de hoy, algo parecido, que son las gyozas (no tengo muy clara la diferencia).
Bueno, he de confesar que lo que es hacerlos, no los hago yo, sino que los compro congelados en una tienda que tengo al lado de casa. Lo que hago es poner a calentar el agua, meter las gyozas en la vaporera y esperar a que se hagan.
Intenten hacer esto en sus casas.
Una vez se quedan blanditas, se les puede dar un pasecillo por la plancha, para dorarlos, aunque a mí me suele gustar hacerlos tal cuál. Se pueden combinar con casi cualquier salsa, pero hoy he optado por lo sencillo, espolvoreando curry y echando sal, para que quedaran menos aceitosos y tener una cena más o menos ligera.
Lo bueno de la globalización es que es fácil encontrar este tipo de comida en muchos ultramarinos que tengan comida importada de China y los hay con bastante variedad. Estos eran de pato, pero también los hay de cerdo, de gambas, de verduras... y son muy socorridos para cuando no se le quiere dedicar mucho tiempo a la cocina.
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