lunes, 23 de noviembre de 2020

Memorias de un ex-demandante de empleo [XXVIII]

Eran camiones, pero esta foto me hacía gracia.

Vivimos tiempos turbulentos en los que las patatas fritas ya saben a cualquier cosa menos a patata, y la guerra salvaje que iniciaron las patas con sabor a huevo frito abrieron una guerra que no parece tener fin. Eso me ha recordado al tema que viene a continuación.

El almacén de Matutano.

Allá por finales de 2006, cuando me encontraba yo preparando mis primeras oposiciones, compaginaba el estudio con días de trabajo suelto en la ETT, y aunque generalmente operaba con Randstadt, también recibía encargos de Select, y uno bastante recurrente era el de ir al almacén de Matutano en Arrigorriaga.

Recuerdo bien que cuando me llamaban tocaba madrugar bastante y tirar de coche, pues esto estaba ya en la carretera, así como recuerdo que la primera vez me costó bastante encontrarlo, ya que estaba al acabar el pueblo, casi en Miraballes, pero una vez aprendido el camino, era ridículamente fácil.

El trabajo era agradable, y aunque podía ser duro, no era extenuante. Básicamente era estar ahí cuando llegaba el camión, vaciarlo y llevar las cajas al almacén. Solían ser trailers bastante amplios, con lo que vaciar uno llevaba varias horas, y como solíamos estar de charleta y la gente era bastante maja (el encargado, no recuerdo su nombre, me parecía un solete), se hacía fácil. 

Y lo más importante, que es lo que todo el mundo se estará preguntando. Aunque no era lo más frecuente, sí que de vez en cuándo alguna de las cajas sufría un horrible accidente, se abría una bolsa de patatas sin querer, y bueno, una vez abierta, pues... Recuerdo también la vez que me quedé a solas con una caja de huevos Kinder (no eran Kinder, eran de la marca de Matutano, pero nos entendemos), y bueno: un Jokin, una caja de huevos de chocolate, la intimidad... Comprenderéis que un caballero no hable de esas cosas.

El trabajo era lo que era: vaciar el camions y barrer un almacén, pero servía para sacar unas pelillas y reconozco que las veces que fui, estuve muy a gusto. 

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