Traducción libérrima del título.
Christopher B. Landon vuelve a usar la fórmula que tan bien le funcionó en Feliz día de tu muerte (y su secuela) y mezcla el slasher con un clásico tropo de la comedia, para hacer una película divertida y desenfadada.
En esta ocasión asesino y víctima ven sus cuerpos intercambiados, por lo que a la masacre se une la confusión de la gente que no sabe quién es quién, y eso da lugar a intercambios de esquemas típicos del género, que me parece que quedan muy bien traídos. Es cierto que no es la primera película que va de "asesino que cambia de cuerpo", ahí están Muñeco Diabólico o Fallen, pero sí la primera que veo que utilice este enfoque.
Tanto Kathryn Newton como Vince Vaughn se muestran muy resueltos y muy gamberros en sus papeles, cumpliendo para que la película sea lo que el espectador espera de ella. No es un hito del cine, pero entretiene, que es lo que le pido.
Sí le criticaría que el epílogo que, además de quedar un poco pegote, cierra una puerta interesante que podría haber abierto de cara a posibles secuelas, y habría quedado mejor para mi gusto que (ojo, spoiler) simplemente hubiera terminado con la noticia de que el carnicero de Blissfield se ha fugado con la daga.
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