A principios de 1982, con la España de la transición pendiente del mundial de fútbol, Andrés es dstinado a una comisaría de Denia, un pueblo en apariencia más tranquilo que la capital, de donde viene, para reemplazar a un agente fallecido. Ahí conocerá, además de a "Colombo" (su nuevo compañero de patrulla) a una colonia de inmigrantes alemanes (aquí el propio cartel de la película nos da una pista de por dónde van los tiros). Investigando las causas del fallecimiento de su antecesor, contra la orden expresa de su superior, que insiste en mantener el caso cerrado, se irá metiendo cada vez más y más en un berenjenal que pondrá en jaque su vida personal y la profesional.
El resultado es un thriller bastante interesante en el que a pesar de que las supuestas sorpresas se ven venir a la legua, consigue atraer la atención y es también apreciable la recreación que se hace de la España de los 80, aunque algunos de los personajes me resultaban a veces un tanto exagerados, casi una cariatura de Martínez el Facha.
Tirón de orejas también para la escena climática de la película, que está muy bien, pero que tiene una cosa que chirría demasiado, y es que empieza con el inicio de la final del mundial y se resuelve, a tenor de las imágenes del partido, 69 minutos después, cuando ni de coña daría tiempo para todo eso. Puede parecer que estoy siendo picajoso, pero en realidad no es tan baladí, pues esa escena en concreto juega claramente a trazar el paralelismo entre el gol que recibe Alemania en la final con el "gol" que recibe uno de los personajes.
Pero obviando ese detalle, que es digno de un sonoro carraspeo, la película bien.
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