Al acabar la partida, como sería seña de los 4 dias: fiestón hasta las tantas en el bar del pueblo.
Sábado
Por primera vez en bastante tiempo, no me toca dirigir por la mañana, pero aprovechando que estoy razonablemente despierto, aprovecho para probar algo de juego de mesa, así que me apunto a la partida de World of Fantasy, de Dani Yimbo.
Por la tarde dirijo un nuevo pase de How I met your Friends, que resulta ser precioso y emotivo. Puse muchísima ilusión y cariño en escribir esta partida, y fue una gozada volver a verla en marcha, con momentos verdaderamente estelares. Mi agradecimiento a JD, que en su puesto de ayudante de dirección, colaboró muchísimo para que esto saliera adelante.
La noche, más partidas televisivas, pues me embarco en la caótica Isla de las mutaciones, una parodia del programa de Telecinco, pero con zombis, y doy vida a un gallego capitán de barco que sufre ante la compañía de esos seres sin cerebro que son... los concursantes.
Domingo
A pesar de la resaca, consigo levantarme por la mañana y echar una partida de Inspectres, juego no oficial de Cazafantasmas, y juntos montamos la agencia Wild Wild Ghost, de cazadores de ectoplasmas en el Oeste americano. Muy gracioso todo.
Por la tarde más comedia, en la partida de Crepúsculo: Euskadi version, una mezcla entre las películas y Vaya Semanita en la que doy vida a un irreverente Jasper Cullen, y por la noche llega Fin de semana en Little Cove, partida que había levantado una expectativa exagerada y por la que yo no daba dos duros, pues la había subido a la web antes de empezar a escribirla y la llevaba un poco con pinzas. Pero acaba saliendo sorprendentemente bien, en gran parte por la inestimable ayuda de Cris Montes, ayudándome a organizar.
Lunes
Es el último día, y el cansancio aflora, pero eso no me impide jugar a rol por la mañana, probando Shibuya, partida de rol de comedia a lo anime, donde soy Kojima Takashi, estrella de los Shibuya Cats y cocinero de sushi en los ratos libres.
Por la tarde toca volver a Irak, para dirigir Fuego en el desierto. Y lo que es la partida va muy bien, pero el epílogo resulta ser bastante accidentado, ya que un susto gordo con uno de los jugadores hace que terminemos con él en urgencias, lo que hace que nuestra "partida de rol" de la noche sea estar en una sala de espera. Afortunadamente todo queda en susto, así que bien está lo que bien termina.
Sin más, pocas palabras me quedan para proclamar lo maravillado que vuelvo a casa cada vez que vuelvo de estas jornadas. Son una parte de mi corazón.
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