No sé, Rick...
Hoy he recibido un mensaje en el que mi hijo (o mi hija, no lo tengo claro) me decía que se le ha roto el teléfono móvil (vayapordiós), y que tenía un número temporal, pero que no podía llamar desde él, aunque sí podía comunicarse con mensajes de WhatsApp a través de WhatsApp (no soy ingeniero de telecomunicaciones, pero creo que sí, ese es el cauce habitual para mandar mensajes de WhatsApp), aunque algo me ha hecho soscpechar que ese mensaje no me lo estaba enviando ninguno de mis hijos, ya que... un momento... ¡Yo no tengo hijos! O sea, creo es el tipo de cosa de la que me acordaría, y supongo que en algún momento lo habría comentado en el blog. Pero no, según mis últimas informaciones, padre no soy.
Eso nos lleva a que pudiera ser un malintencionado timo, que pretende, con fines oscuros, que escriba a ese número de teléfono, imagino que para sacarme pasta o mandar virus.
En mi caso era fácil, ya que no costaba darme cuenta de que ese mensaje era más falso que un billete de 4 euros, pero la estrategia es clara: lanzan ese mensaje a cientos de números, y alguno picará. Te pilla despistado, te lo crees y entras.
Por eso, consejo: cuando un contacto, o alguien que diga ser un contaco, mande un mensaje sospechoso (sobre todo si ese mensaje tiene enlaces o adjuntos), comprobar siempre con la persona si de verdad lo ha enviado.
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