¿Se quejarán de inclusión forzada?
No es raro que cuando sale una película de éxito, o de previsible éxito, las productoras low cost se lancen a sacar películas parecidas, de menor calidad y presupyesto. Desconozco si es el caso, pero ya es casualidad que el verano en el que anuncia la secuela de Megalodon, salga esta (aunque manda cojones ser la versión Mercadona... de Megalodon 2).
Aquí, un ingeniero de plataformas petrolíferas se va con su familia a la Baja California, donde tiene que ir a desmantelar una abandonada, pasando antes por el pueblo, que pasó de ser un bucólico lugar de vacaciones a la versión mexicana de Innsmouth, donde adoran al dios azteca Tlaloc (aztecas en Baja California, que es como decir cartagineses en Noruega).
Por azares del destino y de la trama, tanto el ingeniero como su familioa terminan en la plataforma petrolífera, y se la encuentran en un estado de abandono al que podría ser una pantalla de Resident Evil. allí se encuentran con dos de los trabajadores de la plataforma y un perrete, quienes les cuentan que hay un megalodón rondando la plataforma, que se ha ido comiendo a la gente y no les deja salir.
La película es básicamente los personajes trazando planes para salir de la plataforma sin que se los coma el escualo, la investigación de la trama política que hay detrás del cierre de la plataforma y las neuras que se monta el niño con Tlaloc y su bendición antitiburones. Todo ello rehogado con actuaciones mediocres, situaciones demasiado arquetípicas y un final que de puro cliché termina dando vergüenza ajena.
Debería haber sido carne de videclub.
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