No fue el perrete.
Unos hermanos cayetanos se reúnen en la casa de veraneo en la que pasaron sus infancias, para rendir homenaje (obligados por su padre) a la que fue su empleada, los cuidó cuando eran niños y acaba de fallecer.
Pero la lectura de su testamento traerá consecuencias muy divertidas, ya que a cada uno de los hermanos les ha dedicado una carta, con incómodas revelaciones, que darán pie a situaciones terribles para ellos, divertidas para el espectador, que unidas al vaivén de reencuentros y desencuentros, harán de esta una película muy teatral y bastante entretenida.
No ofrece nada fuera de lo corriente, pero sirve para pasar un rato divertido.
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