Dev Patel, dando hostias como panes.
Patel dirige y protagoiza una historia de venganza y violencia mil veces vista, en la que un luchador enmascarado de origen humilde, urdirá un plan para acabar con los responsables de la desgracia de su famiia, y que me tiene profundamrnte dividido. Que la historia sea un cliché al servicio de los mamporros me da igual, que esto es cine de acción y sabía a lo que venía, y además tiene escenas de acción que son francamente espectaculares, de esas en las que los golpes casi se pueden sentir, y en la que se nota la influencia de películas como Nobody o la saga John Wick. Pero por otra parte, las partes de no acción se me hacían tremendamente pesadas, porque no contaba nada realmente interesante, y los personajes no tenían tampoco nada que los hiciera especialmente atractivos. Si acaso el villano, resulta razonablemente carisático, pero ya.
Entonces, poniendo en una balanza las cosas buenas y las malas, creo que me quedaré con lo primero, ya que nos regala momentos épicos, como la pelea junto a la pecera, el proxeneta con el hacha o la incursión en la cocina, y algunas de ellas con música muy bien tirada.
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