Mario Casas y su descenso a la locura.
Con el aval de Martin Scorsese como productor y Rodrigo Cortés como director nos llega esta nueva película que no sé muy bien cómo clasificar, ya que combina de forma extraña el drama carcelario con el esperpento y el más puro surrealismo kafkiano, para una película que ya desde el principio busca provocar la disonancia, con esa versión con turutas de sí habló Zaratrusta y que nos presenta una historia inverosímil, tanto en planteamiento como en desarrollo. Al menos en teoría.
Y digo que al menos en teoría porque su protagonista "N" es un chalado de manual, descontento con el mundo y que quiere renunciar a su identidad y libertad, y desea a toda costa acabar en la cárcel (gente así existe en el mundo, he tenido que atender algunos en mostrador).
Como decía, la historia nos cuenta las peripecias de N por entrar en prisión, lo que le lleva a cometer todo tipo de delitos, llegando incluso a colarse físicamente dentro y, una vez lo consigue, cómo es su vida ahí. Con claras reminiscencias a Berlanga, incluso a ratos un tanto Terry Gilliam, Escape es sin duda una película rara, que busca subvertir esquemas desde el principio hasta sus títulos de crédito.
Rara, no sé de qué otra forma definirla.
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