Thunderbolts*

*el asterisco tiene su porqué.

Nueva entrega del UCM, que es mi culebrón favorito de todos los tiempos. Esta vez nos ofrecen su propio Escuadrón Suicida, con unos Thunderbolts que no tienen absolutamente nada que ver con los de los cómics pero molan igual. Un conjunto de antihéroes y ex-villanos redimidos, que tienen que formar equipo contra su voluntad, para acabar salvando el día.

Repleta de carisma, humor y frescura, Thunderbolts* tiene mucha más chicha de la que parece, y juega bien sus cartas, para parecer que va a tener una resolución completamente genérica y entonces sorprendernos un par de veces más, mostrando mucha más chicha y profundidad de la que parece.

Cabe destacar sin duda a Florence Pugh, que para sorpresa de nadie se come la película, pero el resto tambén cumplen bastante bien, aunque particularmente habría rebajado un par de tonos el payasismo del personaje de David Harbour. A la que no puedo destacar, ni para bien ni para mal, es a Olga Kurylenko, que sale en el cartel como un personaje principal más pero luego no llega ni a cameo (esto es desaprovechar un personaje y lo demás son tonterías). Que tampoco es que esperase mucho de su Taskmaster, pero la forma de quitarse el personaje de en medio me resultó pobre y desconcertante. Ahora, si todas las pegas que se le pueden poner son esa, pues genial.

En el papel más antagónico, me gusta la visión que ofrecen del Vigía, que pese a sus diferencias con el cómic me funciona bien (y se agradece que claven el traje), pero quien también se come la película es Julia Dreyfuss con su Valentina Allegra de Fontaine, que consigue ser uno de esos villanos a los que es imposible no odiar y amar a la vez.

En cuanto a las escenas postcréditos tiene una corta y prescindible (para mi gusto un chiste sin gracia) y una segunda más larga y con impacto real en el UCM (esta vez sí, lo prometo), que me hizo aplaudir mentalmente.

Siguiente parada: los 4 fantásticos en julio.