Primer día del horario de verano, hasta finales de septiembre, lo que supone no trabajar ninguna tarde y poder salir a las 14:30, o incluso a las 14:00, maravillas del horario flexible. Poder comer a las 3 y no a las 4, tener más tiempo, y sobre todo meter menos horas en la oficina. El curro, eso sí, sigue siendo el mismo.
Poder ir cualquier día al gimnasio, incluso a horas más tempranas, que permitan compatibilizar el gimnasio con planes de tarde, también es algo interesante.
No sigo, que no quiero que la envidsia me haga ser odiado, ale. Ya escribiré una entrada autocompasiva cuando el horario de invierno entre en vigor y me vuelva a comprometer de forma cruel las tardes de los lunes, y a castigar mi aparato digestivo con almuerzos vespertinos.
Qué bien, la verdad. Y hacer lo que quieras (hasta piscina si se desea, que es lo que hacían la mayoría :P).
ResponderEliminarSaludos.
pues sabes que? yo tendré vacaciones! ja!! chupate esa!!! :P
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