Obviamente no.
"Espero dentro de 366 días (que este que viene es bisiesto) estar escribiendo lo maravilloso que ha sido todo."
Con estas palabras cerraba hace un año la entrada con la que hacía balance de 2011, un año del que no tengo muy buen recuerdo. Y la verdad es que no anduve muy desacertado. 2012 ha traído un montón de cosas malas. Cada vez más recortes en el trabajo (y los que están por llegar en 2013), una lesión de dedo, la completa fractura social en la lonja... Pero también las trajo positivas, como el viaje a Moscú o mi debut en los escenarios como actor.
Pero todas las cosas buenas quedan eclipsadas, y las malas quedan compensadas por una muy buena que me pasó el 8 de marzo, y que ha hecho que los días malos sean menos malos, y los buenos sean directamente maravillosos.
:)
Porfa, cuentanos los detalles, que seguro que son muy bonitos.
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