La encarnizada lucha de un hombre contra las leyes de la física.
Voy a empezar hablando de este blockbuster veraniego con un spoiler que define muy bien la película: apagan un incendio reiniciando un edificio. Literal.
Dicho esto, ya sabemos qué nos podemos encontrar, aunque poco intuitivo sería quien se fuera al cine a ver otra cosa. Casi un tributo al cine de acción de los 80 o 90, esta es una película que mezcla cosas de La Jungla de Cristal, el Coloso en Llamas (aunque esta sea del 74) y nos pone en la clásica situación de espacio cerrado tomado por malos armados en el que el bueno es prácticamente un superhéroe que tiene que superar todo tipo de proezas imposibles para salvar a su familia, con un argumento al servicio de la fantasmada que, de puro previsible, ya ni se molesta en esconder las sorpresas, de modo que nada más verlos uno ya sabe quiénes van a ser los traidores. Me puedo imaginar el casting para los antagonistas: "imprescindible tener cara de malo".
Erraría quien acudiera al cine a ver un tratado coherente sobre arquitectura moderna y las implicaciones sociales y ambientales que tendría erigir un rascacielos de un kilómetro en medio de Hong-Kong, porque aquí lo que se va a encontrar es a The Rock usando su pierna ortopédica a modo de piolet para subir hasta la planta 200 por la parte de fuera del edificio. Y se lo perdonamos porque es The Rock, y lo que queremos no es ver una delicatessen del cine, sino una hamburguesa grasienta con patatas aceitosas, que combinen con el vaso gigante de Coca-Cola y las palomitas.
Lo que viene siendo un blockbuster veraniego de catástrofes. Empieza la película, resuelves panel, apagas el cerebro y a disfrutar.
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