En el tour de Sandemans.
Hecho el paréntesis, vuelvo a narrar, antes de que se me olvide, mi viaje a la conocida como Ciudad Condal. Ahora me voy al domingo, que fue sin duda un día de mucho andar.
Por la mañana cogimos el metro a Plaza Catalunya y nos encaminamos por el paseo de Gracia y seguimos callejeando hasta que llegamos a uno de los puntos más emblemáticos de Barcelona: la Sagrada Familia. Seguimos andando y llegamos nuevamente al barrio gótico. Comemos en una agradable placita (una lasaña que estaba más caliente que rica, la verdad) y continuamos con la siguiente etapa: la visita guiada por el Raval, "La Barcelona prohibida". Ahí el guía nos cuenta interesantes historias de los suburbios barceloneses, con especial énfasis en la leyenda de Enriqueta Martí, la "Vampira del Raval" (personaje al que descubrí gracias a la serie El Ministerio del Tiempo) y cuando termina andamos un poco más, hacia el monumento a Colón, el Maremagnum y ya por fin vuelta al metro. Cuando llegamos a casa la pulsera contabilizaba unos 20 kilómetros caminados ese día. No está mal.
El lunes me toca día de estar a mi aire, pues mi señora novia trabaja. Pero también es un día de bastante movimiento, pues a primera hora tengo que bajar a Bellvitge a hacer un envío, luego me meto en un autobús que no es (no es que no me llevara a mi destino, sino que no estaba cubierto por mi abono) y me bajo en la siguiente parada, cerca del metro. De ahí voy al Gótico de nuevo, a comprar un regalo para "alguien " (guiño, guiño) y luego a Arco del Triunfo para tomar un café con Ramón, un conocido de TdN al que hacía años que no veía en persona (bendito Facebook que permite mantener un cierto contacto) y estamos un rato de interesante debate rolero (de verdad, da gusto oír expresarse a este hombre).
De ahí me voy a comer algo rápido, pues a las 14:00 tenía el tour de la foto, el gratuito de Sandemans por Barcelona (soy muy fan, por si no se nota) y tras un par de horas me voy a Hospitalet a dejar algo en casa y vuelvo al centro. Ahí quedo con otros dos amigos (la magia de las jornadas, que acabas conociendo a mucha gente) y más tarde se nos une mi señora novia. Finalmente viene el ex-bilbaíno Joan, que tras un rato de agradable charla es el que nos acaba acercando a casa.
El martes poca historia: madrugón, me despido de mi señora novia en el metro cuando ella se va al trabajo y yo al aeropuerto, cola de acceso, bendecir el suplemento de volar en primera fila por entrar al avión sin hacer cola, viaje cómodo y bajarme el primero.
Y como eran las 11:30, me voy a trabajar, gastando así solo medio día de vacaciones.
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