No estaba muerta, estaba de parranda.
Antes de proceder a la tradicional entrada de los domingos explico la foto, y es que la tele parecía que se había terminado de morir el jueves (lo que con una mudanza en ciernes es un poco puñeta), pero por lo visto solo se ha fastidiado uno de los puertos HDMI.
Aclarado eso vamos al viernes, y sigo sin tener novedades del cambio de trabajo, aunque ya tocó echar la solicitud "voluntaria" de traslado, enviando mi plaza casi con total seguridad a Valoración de la Dependencia (vuelta a Acción Social), a ver si consigo esquivarlo.
Por la tarde fui a la nueva casa a llevar más bártulos y luego eché una partida de Terraforming Mars (una necesaria victoria) antes de retirarme. Un par de capítulos en la tele (aunque en ese momento seguía sin tener claro si el fallo era de la tele, el cable o la consola) y a dormir.
El sábado por la mañana me levanto pronto para ir al piso y que me digan si me pueden quitar el armario, con el resultado que ayer conté, antes de ir a la lonja, pues ayer tocaba partida matinal y además tenía que colaborar un poco con las jornadas de juegos de mesa.
Después de comer quedo con el electricista para ver cosas que hay que hacer, y marcho al club del libro, de donde me traigo tan solo una antología de relatos de Isaac Asimov, que no quiero tener mucho libro ajeno ahora en casa.
Tras el club, cena, paseo y a casa.
El domingo por la mañana sigo con la rutina de llevar libros a casa, destrozar armario y limpiar cocina, que me acaba llevando toda la mañana. Por la tarde algo de ordenador y consola, antes de ir al cine, a ver Green Book, que mañana comentaré.
¿Será mañana mi último día en Nicolás Alkorta? ¿Quién sabe?
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