No lo mencioné, pero mis primerísimas experiencias con el rol en vivo se deben a este juego.
Continuando con la recopilación que inicié aquí y continué aquí, me doy cuenta de que mi volumen de producción de roles en vivo se ha reducido muchísimo en los últimos años, seguramente debido en gran parte a que cuando voy a jornadas dirijo más rol de mesa que antes. Sin embargo, he tratado de obligarme a escribir al menos una partida de rol en vivo al año, para aumentar mi "vivografía".
En 2016, además de El monasterio de San Ricardo que ya había mencionado en la entrada anterior, dirigí, coescrito Luis Barbero, El que camina con el viento, un vivo de Cultos Innombrables que habíamos ideado el año anterior.
En 2017, basado en la película cuasihomónima de Netflix, escribo 7 años y un día (el de las cartitas) con vistas a las TdN, y para las Rolea hago, con Jorge Arredondo, Tiempo de Copas, un vivo de mi querida serie El ministerio del tiempo.
2018 es el turno de El mejor lugar, la partida inspirada en la maravillosa serie The Good Place, que estreno en las Omicron de ese año y llevo también a TdN. Ese mismo año empiezo a escribir, con vistas a las Rolea, Pínteme usted esas Meninas, pero la cancelación del evento hace que parelice el proyecto, para volver a retomarlo con más ganas en 2019 y ahí ya sí, dirigirlo.
Llega 2020 y me vienen varias ideas a la cabeza, todas aún inconclusas. Pero la cancelación de las Omicron, las Umbras y sobre todo las TdN me sumen en un desánimo creativo del que sin duda saldré, pero hacen que de momento este año no haya podido estrenar nada. No obstante, intentaré obligarme a que no se termine el año sin haber escrito un vivo nuevo. Lo de cuándo lo dirija, ya se verá.
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