La mejor serie de la historia es la que es.
Allá por febrero de 2015 tuve noticia, por un hilo de Forocoches para más señas, de que TVE iba a sacar una serie, El ministerio del tiempo, que parecía una especie de Dr. Who a la española. No era yo muy de ver cosas en la tele y hacía mucho que me había desacostumbrado a las series españolas, pero por un cúmulo de factores, me pudo la curiosidad y el 24 de febrero estaba delante de la tele, dando una oportunidad a la nueva serie. Un poco por mi deseo de llevar la contaria a los del "si es española será una cutrez".
Aquello fue un amor a primera vista, y las andanzas de Julián, Amelia y Alonso salvando al empecinado me atraparon desde el primer momento. Un clásico instantáneo que se convertiría desde entonces y para siempre en una de mis series favoritas y en una cita ineludible delante de la tele cada vez que había capítulo nuevo. Aquí está lo que escribí tras ver el primer episodio.
Ayer, antes de emitirse el capítulo, estaba con el corazón dividido: estaba ilusionado por ver el último capítulo, pero estaba triste porque sabía que seguramente iba a ser el último. Porque el de ayer era claramente un capítulo de despedida. No es imposible que siga, claro, pero se cerró una etapa más importante, y tal como terminó, si la serie se acabara ahí, habría sido un cierre redondo, con un final muy emotivo, a la altura de esta serie que nos ha hecho reír, nos ha hecho aprender y ayer nos hizo llorar. Se va un pedacito muy importante de la tele, pero se queda la leyenda para siempre.
El ministerio del Tiempo ha logrado una cosa muy importante a lo largo de estos años, y es hacer que los fans la sintiéramos como nuestra. Cuando se consigue ese grado de complicidad entre artista y espectador, es algo maravilloso. Gracias Javier y Pablo Olivares, y gracias a todos los que han participado en esta serie. Habéis hecho algo muy grande.
El ministerio del Tiempo ha logrado una cosa muy importante a lo largo de estos años, y es hacer que los fans la sintiéramos como nuestra. Cuando se consigue ese grado de complicidad entre artista y espectador, es algo maravilloso. Gracias Javier y Pablo Olivares, y gracias a todos los que han participado en esta serie. Habéis hecho algo muy grande.
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