En España, por temas de derechos, se ha llamado "Bruja Escarlata y Visión".
Hoy ha terminado la que es no solo la mejor serie de 2021 sino una de las series que más me han gustado en mucho tiempo. Una joya original y audaz, un producto muy cuidado y muy bien pensado, que me ha tenido las últimas semanas con la ilusión de que fuera viernes para ver un nuevo episodio.
La serie coge a dos personajes aparecidos en las películas de Marvel, Vision y Bruja Escarlata, y los pone en un contexto muy extraño, una sitcom del estilo de las series de los años 50, con todos y cada uno de los clichés, donde parece que no pasa nada... pero vaya si pasa.
Es difícil hablar de ella sin reventar sorpresas, y quiero que quien la vea la disfrute tanto como la disfruté yo, enfrentándome a cada capítulo sin saber lo que iba a pasar, a la expectativa de con qué genialidad me iba a sorprender cada vez. En ese sentido, y siendo series muy diferentes, Wandavisión me transmitía sensaciones similares a las que transmitía The Good Place, y eso son palabras mayores.
Con una estética muy cuidada y unas interpretaciones fabulosas, Wandavision es una canción de amor al cine, a los cómics de superhéroes y a las sitcom americanas, igual que es, sin lugar a dudas, la historia de amor más bonita que nos ha contado Marvel en pantalla.
Hay a quienes no les hicieron mucha gracia, y en parte lo entiendo, los primeros capítulos, ya que son muy particulares. Lo entiendo, ojo, aunque no lo comparto, pues para mí esta serie fue un flechazo desde el principio, que me cautivó desde el momento en el que Wanda y Vision llegan a Westview y me ha tenido embelesado ante la tele desde el principio hasta el final.
Wanda es un precioso regalo que nos ha hecho el UCM y un maravilloso viaje que me ha encantado hacer. Para mí, se va directa al Olimpo de las grandes series.
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