El falsificador de pasaportes

Imaginen a Rajoy pronunciando el título original.

Esta película nos cuenta la historia real de de Cioma Schönhaus, un judío que se ganaba la vida en el Berlín falsificando pasaportes. Una premisa en principio apasionante, pero que queda desaprovechada por una película que deambula de modo errático, dando tumbos y sin dejar nada claro, esperando que el espectador presuponga demasiadas cosas, tal vez porque está pensada para ser vista por quien conozca la historia real de Cioma, que no era mi caso.

No voy a decir que sea mala del todo, y tiene sus cosas positivas (por ejemplo, recrea con algo de acierto la atmósfera deprimente de la capital de una nación en guerra), pero la historia me pareció bastante mal contada, y sentía en todo momento que me faltaba contexto. Tanto que cuando al final de la película los rótulos indicaban qué fue de cada personaje, la mayoría de los nombres me decían "¿y este quién coño era?".

Meda la sensación de que al adaptar las memorias de Schönhauss se limita a ir plantando escenas una tras otra, sin preocuparse por darles una cohesión narrativa. O a lo mejor es simplemente que no presté la suficiente atención, quién sabe.