Puan es el nombre coloquial de esa universidad.
Marcelo es un profesor universitario de filosofía tiene que lidiar con que ha fallecido el catedrático, con lo que puede optar al puesto, pero hay dos problemas. Uno, el económico, y es que por culpa de la crisis económica, su universidad se está yendo al garete, y por el otro lado, la aparición de otro candidato, Rafael: un filósofo estrella de prestigio internacional, guapo, carismático y amable, al que Marcelo envidia y desprecia.
Con un punto entre la comedia y el drama reivindicativo, Puan tiene un poco de tira comica llevado a pantalla, con escenas que son un poco historias cortas, o sketches en sí mismos, en los que Marcelo se va enfrentando a situaciones incómodas y muchas veces vergonzantes, a la par que avanza la historia principal. Algunas de estas escenas tienen momentos tronchantes, como la escena del pañal (adelanto, eso sí, que es muy escatológica), o sus clases particulares de filosofía a una adinerada octogenaria.
Eso y unos personajes con los que simpatizar (también hay alguno que habría tirado al mar, eso sí), Puan es una película entretenida, y con un toque de personalidad propia. Tal vez, si tuviera que quitarle algo, los últimos dos minutos, que se me hicieron algo pesados, con el protagonista recitando un tango de forma casi monocorde.
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