lunes, 19 de agosto de 2024

Alien: Romulus

Vuelve la moda de las mascarillas.

Alien, el octavo pasajero fue un hito en el género de terror y su secuela Aliens: el regreso, es un referente del cine de accción, dentro del subgénero "marines muriendo". Después vendrían Alien 3 (la única que no he visto), Alien Resurrection (que la recuerdo con cariño, pero no tuvo ni de lejos el mismo éxito) y dejando al margen los patinazos de Alien VS Predator (que ni siquiera son canónicas), Prometheus (aunque leyendo mi crítica de entonces parece que me gustó) y la infame Covenant.

Viendo los antecedentes era razonable tener ciertas reservas hacia esta nueva entrega, pero yo salgo muy contento del cine. Consigue ser más de lo mismo (que en el fondo es eso) pero dando un toque fresco y, sobre todo, logrando generar las sensaciones que tiene que generar una película de alien. El xenomorfo y su rebaño de facehuggers consiguen dar miedo, en vez de lograr el aplauso cada vez que se cargan a alguien por ser víctima de su propia estupidez. Eso es precisamente algo que me gustó mucho, y que se suele echar en falta en este tipo de películas, que los personajes son completamente funcionales y hacen las cosas con criterio. A veces aciertan y otras veces cometen errores, pero no se comportan como si padecieran algún tipo de retraso cognitivo.

Además de lo mencionado y de que logra imbuírnos muy bien en la atmósfera, sabe cuándo ser continuista y cuándo romper un poco las expectativas, de manera que cuando tras un largo (pero interesante) momento de calma, una vez nos subimos en la montaña rusa ya no para. Sí le echo en cara que en ocasiones la acción puede ser un tanto caótica y cuesta enterarse de lo que está pasando, pero me pareció una película cuando menos disfrutable. Desde luego la mejor, y con diferencia, de las recientes.

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