sábado, 31 de julio de 2021
La purga infinita
viernes, 30 de julio de 2021
Escape de la mina
jueves, 29 de julio de 2021
El caso del meeple perdido
Los meeples son esos monigotines de colorines, más o menos antropomórficos y generalmente hechos de madera, que se utilizan habitualmente en muchos juegos de mesa, sobre todo los de estilo eurogame.
En el caso concreto que nos ocupa, el juego en cuestión es el Charterstone, en el que entre otros elementos, cada jugador tiene dos meeples de su color (siempre que puedo me cojo el amarillo, desde que tengo uso de razón) y la cosa es que hoy estábamos jugando la partida y se nos ha perdido el meeple amarillo.
Así contado, desde luego, no parece nada extraordinario. Un objeto de pequeñas dimensiones se puede perder, no es raro. Pero la cosa es que ha desaparecido delante de nuestras narices. Lo acababa de usar, pues era mi turno, y sin que haya sucedido nada raro (golpes, empujones a la mesa, una horda de mapaches en celo bailando la macarena... lo típico que puede pasar cuando juegas a juegos de mesa, vaya), parecía haberse evaporado. Hemos buscado, requetebuscado, en la mesa, en la caja, en el suelo, en los bolsillos... solo nos faltaba haber levantado las baldosas del suelo. Pero nada, el meeple rebelde seguía sin aparecer, cuando solo segundos antes (no exagero, es literal) estaba a la vista de todo el mundo.
El caso es que hemos peinado la sala y nada. Así que hemos tenido que asumir que se ha ido a vivir una nueva vida, donde encontrará nuevas y apasionantes aventuras. Lo más seguro es que harto de perder (el Charterstone es un juego que me gusta, pero se me da fatal y no gano nunca, ni me acero a ello) haya decidido que era mejor que nuestros caminos se separaran.
Meeple amarillo, si alguna vez lees esto, que sepas que te echaremos de menos y siempre habrá un hueco para ti en la caja.
miércoles, 28 de julio de 2021
Tarde de vacas
lunes, 26 de julio de 2021
Cielo rojo sangre
domingo, 25 de julio de 2021
Finde andarín
sábado, 24 de julio de 2021
Wrong Turn: Sendero al Infierno
viernes, 23 de julio de 2021
Día con largo paseo
jueves, 22 de julio de 2021
El robo del siglo
miércoles, 21 de julio de 2021
El verdadero origen del nombre
Mi nombre, Jokin, tiene como origen la traducción al euskera del castellano "Joaquín", probablemente en tiempos de Sabino Arana, que se dedicó a eukerizar nombres a lo bruto. Aunque el término "Joaquín" (consejo: nunca me llaméis así, que no voy a haceros caso y me lo puedo tomar mal, pues mi nombre es y siempre ha sido Jokin) también tiene un origen, y este origen lo encontramos en el hebreo. Aunque la cosa es un poquito más complicada de lo que había pensado.
En su día leí que venía de algo parecido a Yoho-Yakin (Jehová establece), pero viendo optras fuentes me encuentro con que hay dos personajes de nombre parecido, aunque no idéntico, que son el יהויקים /yehōyaqīm/ "Dios (yehō-) eleva (yaqīm)", rey de Judá durante 10 años (597 aC - 587 aC), y su hijo, יהויכין /yehōyakīn/ "Dios (yehō-) establece (yakīn)", aunque este duró menos (587 aC - 586 aC). Esto lo saco de este enlace, que cita como fuente el pasaje 2 Reyes 24:6, aunque en la versión que he encontrado traducen al primero como Joacim y al segundo como Joaquín.
Ambos nombres fueron traducidos, según veo, al griego como Ιωακειμ (iōakīm) y Ιωαχειν (iōakhīn), respectivamente, pasando a latín como Ioiachim y Ioiachin. muy parecidos, aunque no idéntios. Sin embargo, Ioiachim se extendió algo más, con la forma Ioachim por las lenguas de Europa.
La otra referencia que he encontrado, y diría que la más obvia, es la de San Joaquín, padre de la virgen María y abuelo de un tal Jesús, que puede que os resulte familiar, parece parece tirar por la primera versión, la de Yehōyaqīm.
Así, podría parecer que la traducción más canónica sería "Dios eleva", pero dado que Yehōyakīn tiene una sonoridad más similar a Jokin que Yehōyaqīm, y que además era la traducción que me conocía (Dios establece), pues me quedo con ella y afirmo que mi nombre, si bien traducido de forma algo libre, significa "Como Dios manda".