martes, 30 de junio de 2020

Bombardeo telefónico

A ratos me siento así.

Una de las cosas que menos me gustan de mi trabajo, si no la que menos, es la atención telefónica. La odio. De hecho, ya de normal suelo ser bastante poco amigo de hablar con alguien a quien no veo, pues la comunicación es muy limitada. Y ya si es por trabajo, todavía más.

¿Que no me gusta el café? Pues taza y media. Con el tema de las medidas de prevención contra el coronabicho, la atención presencial es con cita previa lo que significa que las llamadas con consultas se han disparado (el que antes venía a mostrador ahora llama por teléfono, claro), y el volumen de llamadas se ha duplicado o incluso triplicado, lo que significa que hay ratos de la mañana en los que es literalmente imposible hacer nada que no sea hablar por teléfono, siendo lo peor cuando terminas la llamada, cuelgas y antes de que pase medio segundo ya está otra vez el aparato del infierno sonando.

A esto hay que sumar que cuando estuvimos teletrabajando (ahí también tenía muchísimo teléfono, pero en el salón de mi casa y en pijama), nos habilitaron extensiones telefónicas de voz por IP, que tiene sus ventajas pero también sus inconvenientes, uno de los cuales es que se nos oye muy bajo, aunque nosotros oigamos perfectamente. Añádase que hay usuarios que no son capaces de dejar terminar una frase sin interrumpir y tenemos el sembrado para algunos diálogos de besugos francamente frustrantes.

Esta semana me toca arriba, así que he de sufrir todavía algunos días de telefonista, y cuando el teléfono deja de sonar, intentar sacar el trabajo de oficina, que a lo tonto se acumula. Echo de menos estar abajo, atendiendo cara a cara al público.

lunes, 29 de junio de 2020

Draftosaurus

Es algo que podría pasar en 2020.

Draftoraurus nos pone en la piel de gestores de un parque de atracciones y dinosaurios (¿qué podría salir mal?). Juego rápido, simpático y de reglas sencillas, pero que requiere darle al coco y resulta muy adictivo, con una mecánica de draft, que le da toda la chicha al juego.

La vida se abre camino.

Lo primero que tenemos que hacer es ajustar el número de dinosaurios, para que haya 12 por jugador. De esta manera, si juegan 5 habrá 60, a 4 serán 48, etc. Y son 6 especies de dinosaurio, concretamente el verdesaurio, el naranjasaurio, el rosasaurio (parece un diplodocus), el amarillosaurio (claramente un triceratops), el azulosaurio (un stegosaurio) y el tiranosaurio, que es rojo y tiene alguna regla especial.

Cada jugador tiene su tablero, todos iguales, y que están divididos en seis recintos, más el río, que es al revés. La importancia es sobre todo a la hora de puntuar, pero también es relevante, pues no siempre vas a poder poner el dinosaurio que quieras donde quieras.

Bosque de la similitud - El rey de la jungla
El trío leñoso - El prado de las diferencias
La pradera del amor - La isla solitaria.

Pues empecemos: cada jugador roba 6 dinosaurios de la bolsa, sin que nadie los vea, el jugador más joven lanza el dado, ignora el resultado y pone un dinosaurio donde le dé la gana.

¿Pero entonces, para qué está el dado?

Fácil: afecta a cómo pueden colocar los demás jugadores. En orden, irán colocando cada uno un dinosaurio, en función de lo que haya dicho el dado. Estos son los resultados posibles del dado:

-Bosque: Solo se puede colocar dinosaurio en bosque (los recintos verdes).
-Pradera: Solo se puede colocar en pradera (los anaranjados).
-Baños: Solo se puede colocar en los recintos a la derecha del río.
-Cafetería:  Solo se puede colocar en los recintos a la izquierdadel río.
-Solitario: Hay que poner donde no tengas ningún otro dinosaurio.
-No tiranosaurio: Hay que poner donde no tengas ningún tiranosaurio.

Si no puedes, o no quieres, siempre puedes poner en el río, salga lo que salga en el dado.

Una vez todos han colocado su primer dinosaurio, será cuando empieza el juego de verdad y cobra sentido el nombre del juego. Cada jugador le pasa todos los dinosaurios que tiene en la mano al jugador de su izquierda, y el que tiró el dado le pasa también al de su izquierda el dado, que será quien tire y, con la opción de ignorarlo, coloque el primero.

Así se hará, siguiendo la secuencia "tirar dado, cada jugador pone un dinosaurio, rulamos los dinosaurios" hasta que todos han puesto sus seis dinosaurios. Entonces cada jugador robará otros seis dinosaurios y se jugará la segunda ronda, tras la que se procederá a puntuar.

¿Cómo puntúan los recintos?

Bosque de la similitud: Aquí todos los dinosaurios que pongas tienen que ser del mismo color. Si tienes uno te llevas dos puntos, con dos 4 puntos, con tres 8... y si has conseguido poner los 6, te llevas 24 puntos. 
El rey de la jungla: Solo puedes poner un dinosaurio. Si al contar los puntos nadie tiene más que tú de esa especie, te llevas 7 puntos.
El trío leñoso: Puedes poner exactamente tres dinosaurios, de cualquier especie. Si lo haces, ganas 7 puntos.
El prado de las diferencias: No puede haber más de un dinosaurio de cada especie. Y, parecido al bosque, uno te da un punto, dos te dan tres... y poner los 6 te genera 21 puntos.
La pradera del amor: Puedes poner hasta dos de cada especie. Cada pareja (dos del mismo color) te da 5 puntos.
La isla solitaria: Puedes poner un único dinosaurio. Si es el único que tienes de esa especie, ganas 7 puntos.
El río: Cada dinosaurio vale un punto.

Además, cada recinto en el que tengas al menos un tiranosaurio, te da un punto más. Se cuentan los puntos y el que más tenga, ha ganado.

Pero si se quiere alargar la partida o darle más variedad, tenemos... el tablero de invierno.

El bosque ordenado - El puesto de observación
El puente de los enamorados
La zona en cuarentena - La pirámide

Se puede usar por sí solo, o como complemento al de verano. Nosotros solemos jugar las partidas a doble vuelta (un verano y un invierno), pero se puede variar esto.

Las reglas son las mismas, siendo diferentes los recintos:

El bosque ordenado: Puede albergar dos tipos de dinosaurio, y se van colocando alternamente. Los puntos, según la tablita y el número de dinosaurios, hasta 24.
El puesto de observación: Pones un dinosaurio y a la hora de puntuar ganas dos puntos por cada ejemplar de esa especie que tenga el jugador de tu derecha. 
El puente de los enamorados: Por cada pareja del mismo color que haya con un miembro a cada lado, ganas seis puntos. 
La zona en cuarentena: Puedes poner un dinosaurio. Después de haberlos colocado todos, lo recolocas donde quieras, sin necesidad de tirar el dado (pero que sea legal, claro).
La pirámide: Empezando, claro, por abajo, vas rellenando los pisos, pero con la restricción de que no puede haber dos dinosaurios de la misma especie adyacentes. Puntúas según número de dinosaurios, hasta un máximo de 21 si completas la pirámide.

Como pasa en el verano, cada dinosaurio en el río es un punto y cada recinto con tiranosaurio otro punto extra.

Draftosaurius es un juego muy adictivo, con un importante factor pique y mucha más chicha de lo que parece. Además, la rapidez de sus partidas y la sencillez de sus normas hacen de ñel el juego ideal para rellenar espacios de tiempo cortos.

De dos a 5 jugadores. 

domingo, 28 de junio de 2020

Fin de semana con mucho juego

Tablero de Alta Tensión: Director de Fábrica.

No voy a decir que he estado en jornadas, pero sí que ha habido jornadas en las que he jugado a menos cosas que este fin de semana, la verdad. 

El viernes por la tarde tuve partida de rol online, al Dead of Night, jugando La jaula Skinner, un slasher donde morimos como bellacos y yo el primero. Luego, a la lonja, a jugar a juegos de mesa (con el Draftosaurius) y luego, como se estaba muy bien en la calle, coca-colas, sushi y a la plaza, a estar de charla hasta las 2 de la mañana.

El sábado un poco de caserismo por la mañana, repostería de sobremesa y más juegos de mesa por la tarde (en la lonja) y por la noche (en casa de un amigo), donde entre otros probamos el Alta Tensión: Director de fábrica, donde gano una partida bastante ajustada.

Hoy domingo, por la mañana vegetando ante la consola y por la tarde más de lonja: Marvel Champions y más de Draftosaurius.

Ale, eso ha sido. Ahora a corretear un poco por el pasillo, que quiero llegar a los 10.000 pasos reglamentarios. 

sábado, 27 de junio de 2020

Chocopanecillos

Recién salidos del horno.

¿A quién no le ha pasado nunca lo típico que te pones a ordenar la cocina y para cuando te das cuenta estás metiendo una masa en el horno?

Pues es lo que me ha pasado, que accidentalmente se me ha caído el chocolate en una olla al fuego y se me ha derretido. Justo después, va y se me caen unos 150 gramos de harina en un recipiente, con un par de cucharadas de levadura. Se me rompen tres huevos, se me caen ahí, y al ir a recogerlos los bato y los mezclo. El chocolate derretido se me cae sobre la mezcla de harina y huevo, puede que con un par de cucharadas de azúcar y ale-hop, una masa informe y marrón.

Algo hay que hacer con ella, así que decido guardarla, en porciones más o menos redondas, en el horno. Pero he debido de dar algo, porque llevaba un rato a 200º. Y así ha seguido unos 10-15 minutos, durante los cuales esas pelotillas de masa galletera han evolucionado a una cosa que no es ni galleta ni bizcocho, pero que pese a faltarle un poco de azúcar está rico. 

Y prometo que no solo ha sido completamente improvisado, sino que ha sido la primera vez que me he puesto a hacer repostería sin mirar la receta, un poco a lo loco. 

jueves, 25 de junio de 2020

Termina la temporada de baloncesto

Rafa Martínez, hoy de blanco, dejaba ya de ser hombre de negro.

Hoy se ha terminado la que sin duda ha sido la temporada más atípica de la historia del Bilbao Basket. Lo de atípica no es solo porque habiendo venido de la segunda división se convirtiera, con medio equipo de jugadores de LEB, en el equipo revelación de la temporada, derrotando a los equipos grandes de la liga; Real Madrid, Barcelona, Valencia, Tenerife y otros, con un juego vistoso y divertido (vale, lo de divertido es porque ganaban muchos partidos, suele ir muy unido) que le llevó a clasificarse para la copa, sino porque ha sido la liga más rara para muchos equipos.

Allá por marzo, con holgada victoria que pude ver en directo, no pensaba que iba a ser el último partido que vería en directo. Luego vendría lo que todos sabemos: estado de alarma, confinamiento y, por la parte que nos toca, suspensión de la liga.

Lo de retomarla como si nada ya era complicado, así que tras mucho deshojar la margarita hicieron una especie de segunda fase en la que participarían los 12 primeros clasificados (Bilbao Basket iba 5º) en dos grupos. No fue muy bien la cosa, pues Bouteille y su sustituto Haws ya no estaban, Brown seguía roto, Kulboka tocado, Schreiner se nos rompió... toda una serie de circunstancias desfavorables que hicieron que nos tuviéramos que conformar con un balance de 1-4, pero que no empaña en absoluto una de las mejores temporadas del Bilbao Basket en ACB. Lo de este año, sin duda, es para estar contentos. 

miércoles, 24 de junio de 2020

Termina el Ministerio del Tiempo

La mejor serie de la historia es la que es.

Allá por febrero de 2015 tuve noticia, por un hilo de Forocoches para más señas, de que TVE iba a sacar una serie, El ministerio del tiempo, que parecía una especie de Dr. Who a la española. No era yo muy de ver cosas en la tele y  hacía mucho que me había desacostumbrado a las series españolas, pero por un cúmulo de factores, me pudo la curiosidad y el 24 de febrero estaba delante de la tele, dando una oportunidad a la nueva serie. Un poco por mi deseo de llevar la contaria a los del "si es española será una cutrez".

Aquello fue un amor a primera vista, y las andanzas de Julián, Amelia y Alonso salvando al empecinado me atraparon desde el primer momento. Un clásico instantáneo que se convertiría desde entonces y para siempre en una de mis series favoritas y en una cita ineludible delante de la tele cada vez que había capítulo nuevo. Aquí está lo que escribí tras ver el primer episodio.

Ayer, antes de emitirse el capítulo, estaba con el corazón dividido: estaba ilusionado por ver el último capítulo, pero estaba triste porque sabía que seguramente iba a ser el último. Porque el de ayer era claramente un capítulo de despedida. No es imposible que siga, claro, pero se cerró una etapa más importante, y tal como terminó, si la serie se acabara ahí, habría sido un cierre redondo, con un final muy emotivo, a la altura de esta serie que nos ha hecho reír, nos ha hecho aprender y ayer nos hizo llorar. Se va un pedacito muy importante de la tele, pero se queda la leyenda para siempre.

El ministerio del Tiempo ha logrado una cosa muy importante a lo largo de estos años, y es hacer que los fans la sintiéramos como nuestra. Cuando se consigue ese grado de complicidad entre artista y espectador, es algo maravilloso. Gracias Javier y Pablo Olivares, y gracias a todos los que han participado en esta serie. Habéis hecho algo muy grande.

martes, 23 de junio de 2020

Bloodshot

Vin Diesel, tan expresivo como siempre.

El cartel nos avisa de qué va la feria: Vin Diesel matando y haciendo fantasmadas. Una película honesta, y eso es bueno. No es una gran película, pero uno sabe dónde se mete, y además tiene alguna cosilla interesante.

Nos cuenta la historia de Murray Garrison, un soldado americano cliché, que tras saltarse las órdenes de sus superiores y meterse él solito en el avispero, consigue salvar la situación, aunque resulta herido de bala. Pero no pasa nada, porque es Vin Diesel, así que en vez de ser degradado a limpialetrinas por desobedecer a sus superiores y poner vidas civiles en peligro, le dan vacaciones, para que se vaya felizmente con su atractiva esposa a la idílica rivera italiana. 

Pero si esto fuera de que le sale siempre todo bien, no hay película, así que un malo muy salido de tebeo (igual tiene que ver que la película esté basada en un tebeo) y un pésimo gusto al vestir (lo de matar gente tiene un pase, lo de las chancletas con calcetines es imperdonable) lo secuestra, mata a su amadísima esposa delante de sus narices y le pega un tiro.

Si se muere ahí el protagonista, la película se queda un poco corta, claro, así que Vin Diesel es reconstruido, a lo Robocop por el malo de Ironman 3, con una tecnología de nanobots (nanitos) que lo mismo te regeneran la piel, que te dan superfurza, que te sirven de certificado digital en la sede electrónica de la Diputación Foral de Bizkaia al primer intento. Una fantasmada, vaya.

Pero es Vin Diesel, así que todo en orden (aunque con una amnesia horrorosa, que le impide recordar nada de su vida anterior), y le van presentando a sus nuevos compañeros de trabajo: la jamelga con apnea, el ciego que todo lo ve y el cojo cabrón. Juntos van a ser el nuevo supergrupo desfacedor de entuertos, pero entonces, casualidad de las casualidades, suena la misma música que sonaba cuando el malo mató a su señora y de repente empieza a recordar todo.

Se viene el despropósito:

Sus nanitos, que hacen de todo, le rastrean todo Internet en segundos, lo que le permite localizar al malo (del que solo sabe el nombre) con precisión milimétrica, robar un avión, bajarse un manual de pilotaje de Internet, llegar a Budapest, emboscar al malo, sobrevivir a varios disparos y masacarlo todo. Todo esto gracias a los nanitos, que son como un Tampax pero a lo bestia.

Nada parece tener sentido, pero entonces un giro bastante curioso le da sentido a todo y las piezas empiezan a encajar. Se entiende la relación con el malo, se entiende por qué hace algunas cosas y se entienden otras que chirriaban en la cabeza. Esa parte muy bien, me gustó.

El resto, pues tampoco me voy a poner a contar la película entera, que si cuento ese detalle le quito la gracia, pero el desarrollo es el imaginable: es como Fast&Furious pero con superpoderes, explosiones, peleas imposibles y un villano que parece el Dr. Octopus de Hacendado. Duelos de hackers en los que lo importante no es activar el firewall, sino teclear lo más rápido que se pueda. Así, hasta que, como debe ser, el héroe gana (que no en vano, es Vin Diesel) y, riéndose de su propio cliché, el grupo de héroes se marcha hacia la puesta del sol.

No mentiré, no es un peliculón. Pero si se ve como película de tortas y fantasmadas sin pretensiones (si no, no sé a qué has ido a ver una película de Vin Diesel), cubre el expediente con dignidad y tiene un par de cosillas interesantes. 

lunes, 22 de junio de 2020

Vuelta al cine

¡Como lo echaba de menos!

Como cualquier seguidor de este blog sabrá, me gusta mucho ir al cine, y cuando digo el cine me refiero a ir al cine, no a ver películas. De media suelo ir 5-6 veces mensuales al cine, pues en todo lo que ha durado el confinamiento creo que lo de sentarme a ver una película del tirón en casa lo he debido de hacer unas tres o cuatro meses a lo sumo.

Total, que llevaba desde primeros de marzo sin ir al cine, y en cuanto he visto que se podía, ahí que me he lanzado. La película era lo de menos (he elegido Bloodshot porque era de lo poco de la cartelera que no llegué a ver, y seguían las películas de marzo), pues echaba de menos todo el ritual de la sala oscura, la butaca, los trailers, la pantalla gigante, el sonido envolvente... Era como volver un poco a la libertad, y lo añoraba mucho.

Por otra parte, no todos los cines están activos. Concretamente de los de Bilbao capital ninguno, así que he acabado yendo a los Yelmo de Barakaldo, y para volver he aprovechado que hacía bueno para venir dando un paseo, que eso también lo echaba de menos. Y de paso quemaba calorías, que nunca viene mal. 

domingo, 21 de junio de 2020

Fin de semana: empieza el verano

Cosecha del sábado.

Clásico del fin de semana, vamos.

El viernes por la tarde, poca cosa: ver el partido del Bilbao Basket, que perdió contra el Joventut en la prórroga, y estar teletando por casa hasta última hora, que quedé con un amigo para dar una vuelta y cenar algo.

Sábado por la mañana una de compras y aterrizo en Joker Cómics, donde me hago con el número 1 de Ms. Marvel y el clasicazo de Daredevil, Born Again.

Por la tarde-noche, con amigos y juegos de mesa, le damos al Draftosaurius (muy simple en su concepto pero de darle al coco), Fallout Vault (simpático juego de colocación de trabajadores) y Narcos, basado en la serie homónima y muy del estilo de La furia de Drácula. Entre eso y unas pizzas, nos da la 1 de la madrugada.

Hoy, un poco más de lo mismo: quedamos para comer, unos pollos, tortilla y chorizo, tarde de cartas, pero en vez de mus Marvel Champions, donde pateamos a Ultron (gracias a las trampas que involuntariamente hacemos por desconocimiento) y luego a dar una vuelta, con heladito, terracita y a casa.

Eso fue el fin de semana. 

viernes, 19 de junio de 2020

Solicitudes en blanco

He venido a registrar mi novela para la oficina de propiedad intelectual, pero me voy a poner a escribirla ahora.

-Hola, vengo a traer esto.
-Muy bien, la carta que te hemos mandado pidiéndote documentación. ¿Y la documentación?
-¿No me la dais aquí?
-No, nosotros te estamos pidiendo que la traigas.
-Ah, pues no la tengo.
-Pero si en la carta te pone que ese certificado que te pedimos te lo da la policía.
-Es que no me dan cita. Y el plazo para esto me vence hoy.
-Bueno, pues pon por escrito que has pedido cita y no te dan.
-Es que no he traído boli. ¿Me dejáis uno?

(Nota: al darles la cita se les pide que, por  motivos de higiene, traigan bolígrafo)

---

-Hola, vengo a traer la solicitud.
-Ah, pues dame y la registro.
-Pero no la he traído rellenada.

Conversaciones como esta se dan a diario en el mostrador, sobre todo porque muchas veces la gente no se dasi la gente se da cuenta de que ir a un registro con los papeles sin rellenar es como ir a Correos a decir "hola, traigo una carta, pero no la he escrito", y que si todo el mundo hace lo mismo, se ralentiza  muchísimo la atención al público, lo que a mí me podría dar igual, que voy a cobrar lo mismo, pero al que va detrás en la cola no.

Pero bueno, no todo el mundo nace sabiendo y lo que para algunos es obvio no tiene por qué serlo para todo el mundo. Sin embargo, aquí pongo la que más me ha chocado esta mañana (las dos anteriores también eran de hoy, por cierto), que sin ser algo como para echarse las manos a la cabeza, en el momento sí que me ha hecho querérmela golpear un poco contra la pared:

-Hola, vengo a esto (arroja unos papeles sobre la mesa).
-¿Esto para qué es?
-No sé, me los ha dado en XXX.
-¿Puede ser para tal trámite?
-Sí, eso.
-Vale, ¿y la solicitud?
-¿Ezo lo qué eh?
-Vale, te imprimo el formulario. Toma, ahí te indica además los papeles que tengo que traer.
-Ay, pues me falta el padrón.
-Bueno, lo puedes entregar por sede electrónica.
-¿No puede ser por e-mail?
-No, por sede. ¿Tienes certificado electrónico? Si no, te lo puedo hacer yo.
-No tengo.
-Vale, déjame tu DNI.
-Es el 555...
-No, el documento original. Para hacerte un certificado electrónico tengo que comprobar que eres tú. Ale, ya está hecho, recibirás un mail que...
-Ah, eso es lo de B@Kq, ¿no?
-Sí, veo que ya la tenías.
-Es que trabajo en XXX, en [Administración Pública].
-Esto... sabes que lo puedes registrar allí, ¿verdad? Igual que nosotros hacemos registros para [Administración Pública].
-Ah, pero prefiero hacerlo ahora, y ya me lo quito.
-Esto... te falta el padrón.
-Ah, da igual, cuando lo tenga ya lo añado por sede electrónica.
-¿Y no es mejor que metas la solicitud entera, con todos los papeles, por sede electrónica?
-Nah, mejor esto lo haho ahora y lo otro ya lo haré.

Se pone a rellenar con parsimonia la solicitud, mientras una suave música de pianola suena de fondo, al ritmo de mis duentes rechinando mientras contengo mis ganas de matar.

Bonus track: tenía cita previa y había llegado tarde.

Moraleja: Por favor, cuando vayáis a entregar papeles a una Administración, procurad llevarlos ya rellenos desde casa, que ahorraréis tiempo. Y, sobre todo, cuando vayáis a un sitio, procurad saber a qué vais. No siempre es tan fácil, lo sé, pero intentadlo. 

jueves, 18 de junio de 2020

Marvel Champions

La caja básica.

Llevado por las buenas críticas (vale, y un poco de consumismo) me animé a comprar este juego de cartas del universo Marvel y la verdad es que estoy muy contento con él, y entre mis planes está en irme haciendo con todas las expansiones.

Lo primero que me atrajo de él es que es cooperativo, y además permite jugar en solitario. En esto, y en muchas otras cosas, me recordó muchísimo al de El señor de los anillos, pues tiene mecánicas muy similares. 

Aquí, cada jugador elige un héroe (en la caja básica: Spiderman, Capitana Marvel, Pantera Negra, Ironman y Hulka) y un villano al que enfrentarse (en la básica Rino, Klaw y Ultrón). Cada jugador tiene su baraja, trayendo el juego unas combinaciones predefinidas, que luego se pueden ir personalizando, y el malo tiene también su combinación predefinida de cartas, que es más o menos modular.
Carta de superhéroe

Como comentaba más arriba, cada jugador tiene su baraja, que se compone de su carta de superhéroe (cada lado es una de sus dos identidades), 15 cartas específicas de ese personaje y luego cartas comunes (es un poco más complejo, pero para entendernos). Además, cada superhéroe tiene su carta de Obligacuión (un evento negativo, que se va derechito a la baraja del malo) y sus cartas de némesis, un enemigo secundario, que si hay mala suerte se puede unir a la fiesta.

Primero actúan los jugadores, haciendo cada uno su turno completo, durante el que puede cambiar de héroe a alter-ego (o viceversa) una vez por turno, llevar a cabo todas las acciones que se pueda permitir (algunas tienen costes, otras implican girar el personaje, otras indican que solo una vez por turno...) y jugar cartas. Estas cartas tienen un coste, marcado arriba a la izquierda, y se paga, generalmente, descartando cartas de la mano. Además del coste, las cartas tienen un valor, abajo a la izquierda, que son recursos que generan. Lógicamente, también hay cartas que una vez jugadas generan recursos, pero la norma general es esa: descarta unas cartas para bajar otras. Eso nos lleva a que a veces hay durísimas decisiones, pues igual tenemos dos cartas excelentes de coste uno en la mano... pero para jugar cualquiera de las dos hay que descartar la otra.

Para jugar "Proceso judicial" no habría que pàgar nada, pero para "Fuerza sobrehumana" sí. Dos recursos.

Las cartas pueden ser eventos (se juegan, hacen su efecto y tal), mejoras y apoyos (generan efectos que están mientras dure la carta, y en general funcionan de forma similar) y aliados, que pegan, hacen cosas y pueden morir. Las acciones, cada carta es un mundo, pero las básicas son, en esencia estas tres:

-Atacar (solo aliados y personajes en forma de héroe): Quitas tanta vida como tu valor de ataque al villano o un esbirro.
-Intervención (solo aliados y personajes en forma de héroe): Quitas tantas fichas de amenaza de un plan (luego llegaremos a eso) como tu valor de intercepción.
-Recuperación (solo en forma de alter-ego): Recuperas tanta vida como tu valor de recuperación.

Halcón, un aliado que cuesta 4 recursos y puede dañar al malo o a su plan.

Una vez un jugador hace su turno, va al siguiente hasta que todos han actuado. Entonces, se roban cartas hasta el tope de mano (cada personaje indica cuántas), se endereza todo y llega la hora del dolor, pues es el turno del villano.

Hay dos maneras de que los jugadores pierdan. Una es que todos vean su vida bajada a cero y otra que el villano ejecute su plan. Se supone, y esto lo plasma una carta, que el villano está haciendo sus maldades y los personajes deben impedirlo. Todas las cartas de plan tienen unos efectos, y van avanzando hasta que la amenaza indica que si llega a tener X puntos de amenaza encima, el plan se completa y los personajes son derrotados.

En cristiano: Si Rino pone tantos puntos en esta carta de plan como jugadores*7, los jugadores pierden.

Pues bien, nada más empezar su turno, el villano planta uno o más puntos de amenaza sobre su plan, antes de actuar. Entonces es cuando llegan las acciones del malo. Por cada jugador hace una, que variará según esté en forma de héroe o alter-ego.

Si el jugador está en forma de héroe, le atacará. El jugador defendido (o cualquier compañero) podrá defender, con su héroe o un aliado, o aguantar el golpe. Entonces, el villano muestra una carta de su mazo para calcular si suma algo a su ataque (hay unos iconos en sus cartas para eso), le resta la defensa que haya habido (si es un héroe, los aliados se tragan el golpe entero) y lo que sobre, va a la vida del héroe en forma de daño. 

Si el jugador  está en forma de alter ego, el villano planificará, con su valor de planificación, aumentado, como el ataque, con una carta al azar.

Así por cada jugador... y luego con los esbirros que haya en juego.

Ultrón tiene Planificación 1, Ataque 2.

Es malo estar en forma de héroe porque te pega y puedes morir, pero también es malo estar en forma de alter-ego, porque el plan del villano avanza y puedes perder. ¿Divertido, eh? Pues no acaba ahí la cosa.

Después de las acciones del malo, cada jugador roba y se aplica los efectos de una carta del mazo del villano, que pueden ser esbirros, perfidias (básicamente, eventos del malo) y planes secundarios, con efectos muy desagradables, como que se pongan más fichas de plan a principio de la partida, se roben más eventos de villano por turno o que haya que quitar esos planes secundarios antes de tocar nada del principal.

Si los jugadores han sobrevivido, se pasa la ficha de jugador inicial y a seguir jugando. Así hasta que los jugadores sean derrotados o venzan al malo, esto no lo había explicado antes, bajando su vida a cero. Pero ojo, que no vale con derrotarlo una vez. Todos los malos, al menos en la caja básica, tienen dos formas, de modo que hay que derrotarlo una vez, y luego otra (más poderosa, claro). Se siente, va con el género.

Explicado el juego, mi opinión sobre él es francamente favorable, pues funciona muy bien tanto en solitario como en cooperativo, y me gusta mucho que la forma de jugar cada superhéroe es distinta, adecuando bastante bien sus mecánicas a la idiosincrasia del personaje. Es además un juego en constante crecimiento, que tiene ya unas cuántas expansiones (que hayan salido tengo Miss Marvel, Capitán América, Viuda Negra, Dr. Strange y Duende Verde; me faltan Thor y Brigada de demolición) y está proyectado que en verano salgan Hulk y Cráneo Rojo. Y si a unas cartas bonitas y un juego divertido le sumamos el mal del completismo, pues entra dentro de lo más que probable que acaben cayendo en cuanto salgan.

miércoles, 17 de junio de 2020

Vuelve la ACB

 
No lo podré ver en directo. 

En marzo asistí al último partido en directo del Bilbao Basket en esta temporada, que vuelve hoy tras tres meses en barbecho, con un formato raro y sin público, lo que únicamente permitirá verlo por la tele.

Hoy empiezan con un derby, contra el Baskonia (que en liga regular quedó por detrás), en el que el resultado es un poco lo de menos, pues en lo deportivo no importa lo que pase, esta temporada ya ha sido un éxito.

martes, 16 de junio de 2020

Llegó el Anacronópete

Habrá que combinarlo con un buen trago de fluído García.

Hoy ha sido una alegría ir a trabajar, pues cuando he llegado me estaba esperando un paquete: era un libro que había pedido por Internet y que por fin estaba en mi poder. Se trata de El Anacronópete, una antiquísima novela de ciencia fición, obra de Enrique Gaspar y Rimbau, y una de las primeras, si no la primera, en introducir una máquina del tiempo, antes incluso que la homónima de H.G. Welles.

No me voy a tirar el pisto de decir que la conocía y admitiré que no la descubrí hasta que la popularizó su aparición en el Ministerio del Tiempo. Tampoco negaré que la compré por eso. Primero la busqué en formato digital, pero al no encontrar ediciones decentes, la pedí por Internet y hoy me ha llegado, en una edición bastante bonita, por cierto. 

lunes, 15 de junio de 2020

Día, o días, de oficina

Sin Michael Scott.

El título es incompleto, pues realmente es "semana de oficina", o incluso "quincena de oficina", porque esta semana y la siguiente me toca trabajar arriba.

Me explico: en el trabajo nos turnamos, de modo que unos días estamos abajo, en mostrador, atendiendo al público, y otros arriba, en la oficina, dando entrada al correo postal, las entradas telemáticas y las llamadas telefónicas. Normalmente, cuando toca abajo, hacemos el turno de mostrador y cuando a las 13:30 se cierra, subimos arriba, para hacer los albaranes y demás. 

Pero ahora, como parte de las medidas de contención antivirus, los turnos son de semanas enteras y para evitar cruzarnos, el día que estás abajo estás todo el día ahi, y lo mismo cuando toca arriba.

Entre una cosa y otra como de las tres últimas semanas dos habían sido solo de mostrador y una de teletrabajo, llevaba por la tontería algo más de tres semanas sin trabajar en la que se supone que es mi mesa y ya casi ni me acordaba de por dónde se iba. Pero ahí voy a estar esta semana (que todavía no sé si será de cuatro días o cinco, dependiendo de si me obligan a gastar un día de vacaciones el viernes o no) y salvo que haya cambios la siguiente. 

domingo, 14 de junio de 2020

Finde con rol y juegos

Plan del sábado: una de romanos.

Una de las tradiciones de este mi blog es dedicar la entrada del domingo a narrar el fin de semana, y empieza el viernes por la tarde, con la partida "El atraco", del juego Ecos disonantes, que jugamos online, sobre las bases que habíamos sentado el jueves por la noche. Una partida que jugamos online, desde Madrid, Bilbao, Galicia y Barcelona.

Por la noche algo de vida social presencial. La idea era cena y película, pero tras la cena (comida india), la película es reemplazada por vídeos de Youtube y tertulia.

El sábado por la mañana rol, aprovechando para terminar la partida del día anterior y por la tarde-noche juegos de mesa. Primero una de Marvel Champions (Pantera Negra, Hulka, Spiderman y Viuda Negra contra Rino), luego Pandemic Roma, donde conseguimos evitar la caída del imperio y por último una de Terraforming Mars, donde me hago con una apretada victoria.

Domingo duermo hasta tarde y me lo paso entre el Civilization VI y el Final Fantasy XIII (también aprovecho y me hago natillas caseras), hasta que a última hora salgo a dar una vuelta con mi señora novia y de ahí ya la retirada. 

sábado, 13 de junio de 2020

Curriculum rolvitae (3)

No lo mencioné, pero mis primerísimas experiencias con el rol en vivo se deben a este juego.

Continuando con la recopilación que inicié aquí y continué aquí, me doy cuenta de que mi volumen de producción de roles en vivo se ha reducido muchísimo en los últimos años, seguramente debido en gran parte a que cuando voy a jornadas dirijo más rol de mesa que antes. Sin embargo, he tratado de obligarme a escribir al menos una partida de rol en vivo al año, para aumentar mi "vivografía".

En 2016, además de El monasterio de San Ricardo que ya había mencionado en la entrada anterior, dirigí, coescrito Luis Barbero, El que camina con el viento, un vivo de Cultos Innombrables que habíamos ideado el año anterior. 

En 2017, basado en la película cuasihomónima de Netflix, escribo 7 años y un día (el de las cartitas) con vistas a las TdN, y para las Rolea hago, con Jorge Arredondo, Tiempo de Copas, un vivo de mi querida serie El ministerio del tiempo.

2018 es el turno de El mejor lugar, la partida inspirada en la maravillosa serie The Good Place, que estreno en las Omicron de ese año y llevo también a TdN. Ese mismo año empiezo a escribir, con vistas a las Rolea, Pínteme usted esas Meninas, pero la cancelación del evento hace que parelice el proyecto, para volver a retomarlo con más ganas en 2019 y ahí ya sí, dirigirlo.

Llega 2020 y me vienen varias ideas a la cabeza, todas aún inconclusas. Pero la cancelación de las Omicron, las Umbras y sobre todo las TdN me sumen en un desánimo creativo del que sin duda saldré, pero hacen que de momento este año no haya podido estrenar nada. No obstante, intentaré obligarme a que no se termine el año sin haber escrito un vivo nuevo. Lo de cuándo lo dirija, ya se verá. 

jueves, 11 de junio de 2020

El marginal

A esta foto le faltan los protagonistas de la serie.

Bien podría haberse titulado "Los Borges", pues aunque esta serie empieza siendo la historia de un policía que tiene que infiltrarse en una dura cárcel marginal argentina, pronto cede el protagonismo en favor de dos de sus reclusos más carismáticos, los hermanos Mario y Diosito Borges, que se convierten, sobre todo el segundo, en las estrellas de la función. Especialmente en la segunda y la tercera temporada, que son precuelas centradas directamente en ellos dos.

Coñas aparte, lo cierto es que "marginal" es un título bastante descriptivo sobre lo que vamos a ver en la serie, que básicamente es una "cárcel de pobres", siendo el penal de San Onofre un agujero corrupto de asesinos, pandilleros y cosas peores, donde la vida humana vale menos que un calcetín y las condiciones de habitabilidad hacen que una chabola en el peor barrio periférico de cualquier ciudad parezca una suite del Ritz.

Sin embargo, y sin conocer a fondo la realidad del sistema penitenciario argentino, la cárcel que representan y muchas de sus tramas se me hacen difíciles de creer, con un mamoneo en el que los presos hacen y deshacen, hasta el punto de que lo tengo yo más difícil para salir a tomar un café en mi descanso que ellos para salir de la cárcel a hacer "recados" cuando les apetece, y la violencia es tal que se mueren presos, guardias, personal de servicios... a la luz del día, y aquí nadie dice nada (un poco, todo hay que decirlo, lo que pasaba en la serie Oz). También hay tramas que, buscando rizar el rizo, consiguen derribar la suspensión de la incredulidad, algunas hasta límites muy exagerados.

Pero bueno, dejando las cosas argumentales al margen, es verdad que el ambiente carcelario da el pego y te crees a la mayoría de presos haciendo de presos, aunque el problema de la barrera idiomática es importante, pues aunque hablan en perfecto español, el acento tan cerrado de algunos de los personajes, y sus registros lingüísticos, dificultan a veces muchísimo la comprensión, hasta el punto de que a veces estuve tentado de activar los subtítulos. Y no lo digo de broma.

Por lo demás, lo que cabe esperar: mucha violencia, drogas, sexo y palabrotas (con ese estilo tan argentino de blasfemar que tan simpático se nos hace a los españoles). 

miércoles, 10 de junio de 2020

Retorno a la lonja

Triste y sola, como la calle Fonseca.

Una de las cosas que hicimos cuando saltó el estado de alarma, lógicamente, fue dejar de ir a la lonja (no poder salir de casa influía), y aunque a medida que fueron aligerándose las restricciones hacía ya bastante que desde un punto de vista legal podíamos ir, a nivel interno aún la teníamos en un standby, siendo hoy el día que con las normas autoimpuestas (en cumplimiento de las legales, claro), ya queda claro cómo se puede usar. Con mascarilla, desinfectante, aforo limitado y demás, pero por fin podemos ir a jugar.

Y aunque hoy ha sido simplemente ir, hacer la foto y volver, por fin he podido ir ahí y estar un rato.

Espero con gran deseo poder ir y jugar a algo, así como estar con gente. 

martes, 9 de junio de 2020

Spidermalos

Kraven, Duende, Duende Verde, Gata Negra, Lápida, Buitre, Veneno, Escorpión, Sandman, Lagarto, JJ Jameson, Spiderman, Dr. Octopus, Rhino, Electro, Mysterio y Shocker. 

Sin ningún motivo en particular, simplemente porque me apetecía y hacía mucho que no me daba por hacer un montaje de estos, homenaje a Spiderman y a los enemigos que para mí son más representativos. No están todos, pues si algo tiene Spiderman son villanos a los que patear el culo, pero sí los que me ha apetecido poner. 

lunes, 8 de junio de 2020

El retorno del mostrador

Una de las visitas era para traerme esto.

Esta vez sí, de verdad, volvemos al mostrador. A ver, no es que la otra fuera de broma, pero dentro del plan de reincorporación gradual, estábamos media plantilla trabajando en casa y media de forma presencial, y hoy ha sido el primer día, desde marzo, en el que hemos estado todos, lo que implica que ya abríamos los 6 puestos de atención ciudadana. Con todo el ritual de cita previa, máscara, mampara y demás, pero con visos de normalidad. Aunque gracias al sistema de cita previa, pensado para que no se monten colas y aglomeraciones, estamos bastante tranquilos, sobre todo hoy, que a primera hora la mayor parte de la gente que tenía cita no ha aparecido. Algunos porque se equivocan de día, otros de hora e incluso los hay que se equivocan de sitio y van al registro de Hacienda (que no está en la otra punta de Bilbao, pero casi).

Supongo que en dos-tres días se me pasará, pero reconozco que echaba de menos el salseo de la atención al público y sobre todo la interacción humana no telefónica.

domingo, 7 de junio de 2020

¡Finde con vida social!

¡Cómo lo echaba de menos!

Seguimos con el retorno gradual a la normalidad, tras el fin de semana que antecede a la fase 3 en el que he hecho más cosas aparte de quedarme en casa. De hecho, quedarme en casa es casi de lo que menos he hecho.

Vamos al viernes, último día de teletrabajo. A eso de las 17 fui a la tienda de juegos, pues acababa de llegar la nueva expansión del Marvel Champions, con Dr. Strange y Viuda Negra, de modo que fui a hacerme con ellos. Luego quedé con unos amigos, para primero tomar unas cañas y luego un plan que llevábamos desde febrero sin hacer: noche de pizza y juegos de mesa. Partidas a Marvel Champions, El borde exterior y Pandemic: Roma. Nos dieron las 5 de la mañana.

El sábado por la mañana no sorprenderá si cuento que estuve durmiendo hasta las 12 y entre una cosa y otra ya era casi la hora de comer. Un par de capítulos de Los Simpson y quedo con otros amigos, para dar una vuelta, cenar (curiosamente otra vez pizza) e ir a tomar algo. Lo intentamos con el Rasputín, pero como está demasiado lleno acabamos en el Azzurro.

Domingo, plan más movidito: quedamos a las 11:30 en la plaza del museo marítimo para caminar un poco, haciéndonos el paseo de Olabeaga. Luego la paradita en la terraza del bar Cargadero y a comer. Intentamos ir al restaurante indio de Uribitarte, pero como está muy lleno, pedimos comida india a domicilio, vamos a casa, echamos otra partida al Pandemic Roma (con victoria sorprendentemente fácil) y casi a las 16:30, por fin comemos.

Luego cada mochuelo a su olivo, siesta, algo de tele y cerrar el fin de semana con otro paseo, que hace bueno y ya se puede. Con mascarilla, por supuesto.

viernes, 5 de junio de 2020

Fin del teletrabajo

Adiós, oficina virtual.

A partir del lunes que viene retomamos del todo el trabajo presencial en Laguntza. Estas dos últimas semanas hemos estado medio equipo en el centro y el otro medio en casa, de modo que la semana pasada fui los cinco días y esta me he quedado en casa, pero eso ya se terminó. Salvo que nos digan otra cosa, retomamos ya la normalidad (dentro de la normalidad que permtien las medidas de seguridad, distancia, cita prvia, etc.).

Perderé la comodidad de trabajar desde el sofá de casa (que siempre es de agradecer), pero a cambio volveré a tener algo de relación con seres humanos en el trabajo y algo que no sea solo coger el teléfono, que si ya de normal es algo que no me hace mucho chiste (sobre todo cuando es el típico día en el que el teléfono no para de sonar ni un minuto), cuando es desde un ordenador se hace especialmente incómodo.

Queda pues embalado el ordenador que nos facilitaron de la empresa para teletrabajar y espero que de ahí no salga en otoño, pues sería síntoma de que no ha sido necesario un nuevo confinamiento por el temido rebrote que se prevé.

jueves, 4 de junio de 2020

Retorno al Azzurro

Desde la mesa.

Hay sitios a los que siempre regresas y cuando lo haces es como si nunca te hubieras ido. Esta semana por fin abría sus puertas el Azzurro, un bar que aunque frecuento mucho menos de lo que solía, sigue siendo muy especial para mí.

La nota característica era que en cumplimiento de la normativa, había que consumir en la mesa, sentado en la silla, lo que en ese bar se hace rarísimo, pero por lo demás, una buena bebida, una divertida conversación con Sergio y el mismo cálido y amigable ambiente que me gusta tanto de ese bar.

Pasitos hacia la normalidad.

miércoles, 3 de junio de 2020

La gallina Caponata


En inglés, Big Bird.

Si preguntáramos a cualquier español nacido entre 1975 y 1985 cómo se llama el ave de la foto nos diría que "La gallina Caponata", el emblemático personaje de Barrio Sésamo, versión española de Sesame Street que adornaba las tardes de mi época de EGB, y a los personajes originales de Jim Henson añadía otros de creación propia, como Espinete, Don Pimpón o la Gallina Caponata.

Pero es que lo que vemos en la foto no es la gallina Caponata. Big Bird recibió en España el nombre de Paco Pico. Sí, podéis comprobarlo.

¿Pero entonces Caponata?

La gallina Caponata, que salía en Barrio Sésamo era otro personaje distinto, que por alguna razón mi cerebro había olvidado, y su diseño era similar pero bien distinto.

No son la misma cosa.

Llegados a este punto, la reacción lógica es que me acuséis, indignados, de mentir (yo lo haría) y probablemente muchos estéis yendo a toda velocidad a bloquearme de todas las redes sociales y denunciar mi blog por incitación al odio. No os culpo.

Pero tengo pruebas.

 
Mi cordura necesita creer que es un montaje.

Toda mi vida adulta pensando que la gallina Caponata era ese pajarraco amarillo y ahora he descubierto que mi memoria me estaba jugando una mala pasada. Siento que he vivido una mentira, ya no puedo creer en nada. 

martes, 2 de junio de 2020

Pasiyoutubers

The walking Jokin

El confinamiento ya no es lo que era y ahora podemos salir a jugar a la calle sin que nos riñan. Pero durante estos dos últimos meses he tenido que estar mucho tiempo metido en casa, y para hacer ejercicio me limitaba a recorrer una y otra vez el pasillo. Y como esto se puede hacer aburrido, para hacerlo más llevadero iba mirando vídeos en Youtube, por lo que creo que es justo hacer mención a los canales que tantas horas de entretenimiento me han dado durante este tiempo.

-Te lo resumo: Este canal se dedica, con un estilo socarrón y bastante gracia, a resumir películas y series, con un sentido del humor bastante peculiar, pero que a veces esconde reflexiones bastante más profundas de lo que parece mirando solo la superficie.

-Drafteados: Sergio y Jose son dos chavales, fanáticos de la NBA, que cuentan en este canal muchísimas curiosidades de la liga americana de baloncesto, y me encanta sobre todo esa alegría casi contagiosa que transmiten al hacerlo.

-La caverna del gamer: Va sobre videojuegos, con  muchas curiosidades e historias, y mucho material  verdaderametne interesante sobre Resident Evil, que creo que es por lo que llegué aquí. 

-Agujeros de guión: Este ya lo seguía desde antes del confinamiento. Curiosamente aquí también llegué por Resident Evil, pero las películas. Este es un canal muy divertido, que saca los colores a las incoherencias argumentales de películas más conocidas, y me gusta mucho que no tiene ningún poroblema en dar cera incluso a las películas que le gustan. Este canal es del mismo autor que Pero eso es otra historia, un canal divulgativo (este es serio) francamente interesante sobre curiosidades históricas, que no dejan de ser minidocumentales de 10-15 minutos. 

-Geraru Taru: Un canal especializado en la saga Final Fantasy, del que Geraru es un absoluto fanático. Me hace mucha gracia su estilo desenfadado y las gamberradas que suelta de vez en cuándo. Aunque a diferencia de los otros canales que he mencionado, este es un poco más nicho, al ser de una temática tan específica.

-Jaime Altozano: Cerramos con un imprescindible que no solo ya conocía de antes, sino que ya había sido mencionado un par de veces en este blog (por ejemplo aquí). Altozano me parece un genio de la música, cuyos análisis de bandas sonoras me enseñaron literalmente a ver el cine de otra manera, gracias a su vídeo sobre la banda sonora de El señor de los anillos

Desde aquí mi agradecimiento a todos ellos.

lunes, 1 de junio de 2020

Horario de verano raro

No puedo ir, pero sí poner la foto.

Una cosa buena de mi horario actual es que el horario de verano es más largo que el que tenía antes, y el mismo que tuve en Gobierno Vasco: 4 meses enteros, de junio a septiembre.

Pero este año está siendo un año muy atípico en todos los sentidos, y el laboral es el más obvio. Tras dos meses de teletrabajo y solo un día de trabajo presencial, por fin la semana pasada se abrió la oficina al público y fui cinco días a trabajar. Pero era un horario raro, pues la mañana la hacía en la oficina y la tarde cogiendo llamadas desde casa.

Esta semana, como estamos yendo la mitad de la plantilla solo, me toca teletrabajar (y con este volumen de llamadas, de verdad que prefiero ir al mostrador, que el sonar-golgar-sonar es horrible), aunque como es horario de verano, ya solo por la mañana. Hoy a la 15:30 no me tendré que enchufar al ordenador.

Ya el lunes que viene (o antes, si así nos lo comunican durante la semana) volveremos a trabajar con horario normal, lo que paradójicamente supondrá estar más tiempo en la oficina que con el horario de invierno. Eso sí, ahora ya no tendré que estar en casa pendiente del teléfono.

Por otra parte, y esto es algo con lo que estoy muy cabreado, va a ser un verano atípico, pues como este año nos obligan a gastar el 75% de las vacaciones antes del 4 de septiembre, disfrutaré menos de la jornada de 6 horas, pues suelo ser muy fan de llegar a agosto con las vacaciones sin tocar, gastarme 2-3 semanas y llegar a otoño con un montón de días. Y este año eso se me chafa. Claro que, para más añadidura, también será mi primer verano desde 1999 en el que no voy a tener jornadas de rol. 

En fin, confiemos en que 2021 sea mejor.