El verdadero Blog del verdadero Jokin
viernes, 21 de noviembre de 2025
Lo que dirigiré en Rolea
jueves, 20 de noviembre de 2025
Siempre es invierno
miércoles, 19 de noviembre de 2025
Chaparrón de puntos en Miribilla
La lluvia torrencial y la escasa entidad del rival (el Kutaisi georgiano) que además hoy no se jugaba nada no eran los mejores alicientes para subir hoy a Miribilla, aunque sorprendentemente no estaba tan vacío como pensaba que iba a estar.
Menos sorprendente era el resultado, pues todo lo que no fuera una victoria holgada de Bilbao Basket habría sido algo inaudito. Lo que tal vez no nos esperábamos era que Bilbao Basket volviera a batir, solo ocho días después, su record histórico de anotación (115). Curiosamente es este el rival contra el que se había establecido uno anterior, con 113 puntos metidos en el partido en Georgia (228 puntitos les han caído en dos partidos a los pobres).
El primer cuarto ha empezado con una pantomima de partido en la que han llegado a ir ganando (¡2-3!) y los primeros diez minutos finalizaban con un ilusorio 25-17 que prometía un rival digno. Pero nada más lejos de la realidad, el segundo cuarto ha empezado con un apabullante 20-0 del Bilbao Basket, seguido de un 21-0 tras los tres únicos puntos que ha metido Kutaisi en el cuarto.
Con el partido muerto y enterrado, el único aliciente era vez si se volvía a batir el record de anotación, y con un quinteto de suplentes y juniors en juego, ha sido Bingen Errasti (que por cierto es de Arrasate, como mi abuela) quien a poco de terminar el partido ha metido la canasta que ponía el 117 en el marcador. Eso ya no se lo quita nadie.
Ahora toca saber qué rivales tendremos en la segunda fase. Uno será de nuevo el PAOK de Salónica (tras ganar in extremis a Braunschweig) y los otro parece que el Neftchi IK de Azerbayán y el Falco Vulcano, equipo húngaro con nombre de general romano.
martes, 18 de noviembre de 2025
Predator Badlands
Debería aprender a hacer más caso a mi instinto cuando me dice que una película no me va a gustar. Ha sido el caso de esta Predator Badlands, la cual siendo cortés voy a decir que no ha colmado ni mis más bajas expectativas.
Predator, aquí Depredador, es esa icónica película de los 80 que nos mostraba esa amenaza letal e invisible que era capaz de exterminar a un grupo de duros soldados sin pestañear, apoyado en el axioma del cine que es que lo que se sugiere aterra más que lo que se muestra.
Pero ya no es 1987 y tanto el cine como la propia franquicia han evolucionado. La raza de predators, los yautja, ha ido adquriendo entidad y es comprensible que se quiera explorar más sobre su trasfondo, de modo que no se limiten a ser algo que va y mata.
El planteamiento lo entiendo, pero la ejecución es lo que no me funciona. Aquí nos presentan a Dek, el equivalente yautja a Steve Urkel, un inadaptado al que todos menos su hermano hacen bullying (lo que en términos yautja es intentar matarlo) y cuando se queda sin hermano se lanza a la gran aventura al planeta más chungo, para cazar a la criatura más chunga. Allí se encuentra con Thia, medio robot de Weyland Yutani (no es que sea mitad robot y mitad humana, es que le falta de cintura para abajo) y un bichejo simpático, que se les junta y les ayudará con sus capacidades y sus monerías. Así, el grupo se irá de aventruas y resolverán todo con el superpoder del amor y la amistad.
Lo siento mucho, pero este enfoque para mi gusto le pega tanto como a un cristo dos pistolas. Entiendo que haya quien disfrute de esta idea de humanizar a un yatjua pero a mí se me hacía ridículo y me sacaba de la película. Llámenme pollavieja, pero este no es mi Predator.
Sin embargo esa no es mi mayor queja, sino que la película se me hacía plomiza y aburrida. Era como estar viendo las cinemáticas (y a veces el gameplay) de un videojuego, sin que realmente llegara a contar nada interesante. Ni siquiera la pelea del boss final, con ese nada disimulado guiño a Aliens: El regreso conseguía salvar la papeleta.
Estoy seguro de que habrá quien ha disfrutado de esta Predator Badlands, pero para mí ha sido un claro Predator Badfilm.
lunes, 17 de noviembre de 2025
La larga marcha
Antes de Los juegos del hambre, Stephen King (bajo el pseudónimo de Richard Bachman) escribió una novela en la que unos EEUU distópicos y arrasados por la guerra montaban una competición en la que cada estado mandaba un chaval a un concurso donde uno conseguiría el dinero y la gloria y los otros la muerte. Ahora esa historia llega al cine, precisamente de la mano de Francis Lawrence, director de algunas secuelas y precuelas de la saga de Panem. Y se nota, porque esta película tiene totalmente ese toque de distopía juvenil donde la premisa es simple: deben caminar sin bajar de 5 Km/h, y si se quedan rezagados les pegan un tiro. Así hasta que solo quede uno (hola, Juego del Calamar).
Tiene sus cosas buenas, pese a que el argumento (un poco disimulado guiño a la guerra de Vietnam) tiene sus cosas que chirrían, y se agradece que intenten dar un poco de chicha a los personajes. No son unas construcciones excesivamente complejas pero al menos no los reduce a masillas prescindibles. También tiene su gracia ver a Mark Hamill en su papel de villano y en su aún menos disimulado homenaje al emperador Palpatine en la escena final.
No puedo decir que no me lo haya pasado bien con ella, aunque es una película que no aburre, va claramente de más a menos y es que no consigue transmitir lo que para mí debería ser el elemento nuclear del relato: el cansancio. Yo puedo dar el salto de fe y jugar a creerme que es físicamente posible caminar sin descanso durante casi cien horas seguidas, pero esta suspensión de la incredulidad se cae cuando fracasa al transmitir algo tan importante. Llevan días andando y parece que lleven un paseo de media hora. Podría parecer que estoy siendo picajoso, pero es que si la película va literalmente de eso, pues...