Nop confundir con "decepticones lúdicos".
Los juegos, ya sean digitales o analógicos, son una fuente de diversión, y no es ningún secreto que entre mis hobbies se cuentan los videojuegos, los juegos de rol y los juegos de mesa (que no solo compro sino que a veces hasta juego). Los suelo coger con ilusión y abrir una caja, quitar el plástico a un libro o instalar un juego es algo que se suele hacer con ilusión, pero lamentablementa hay veces en las que el producto adquirido no se ajusta a lo esperado y nos llevamos un chasco.
Por eso hoy, sin un orden determinado, paso a hacer un top 10 de decepciones lúdicas.
Tainted Grail: Puede que no sea la decepción más gorda pero sí la primera que me vino a la cabeza al pensar en esta lista. Recuerdo que tenía una pinta estupenda y lo cogimos con muchísimas ganas, para luego descbrir con horror que era peor que mediocre.
Zelda: Breath of the wild: Lo compré con muchísimas ganas, pues no en vano A Link to the past es uno de mis videojuegos favoritos y lo intenté con ganas, pero no pude. No diré que sea mal juego, pero decididamente no era para mí. Cada vez que me ponía a ello me aburría como una ostra, así que lo acabé regalando.
The Bureau: Tenía reciente los modernos X-Com, que me habían encantado y me lancé a por este, que tenía una pinta maravillosa. Lo cogí pensando que iba a ser lo mismo pero en los años 50 y me llevé un chasco cuando vi que en realidad era un shooter. De la misma lo desinstalé y lo devolví a Steam.
L.A. Noire: Era de Rockstar, autores de la saga GTA y Red Dead Redemption, así que tenía puntos para gustarme, pero a pesar de que iba concienciado a que no iba a ser un simple "GTA en los años 50", su propuesta lúdica no me convenció nada de nada y tras darle un par de tardes se volvió a la caja, de la que ya nunca volvió a salir.
La Broma macabra: Pasamos de los videojuegos al rol, para esta campaña de mi idolatrado Alex de la Iglesia para La llamada de Cthulhu. La empecé a leer con bastantes ganas, pero el planteamiento que ofrecía era muy distinto al que a mí me gusta, así que ni la he dirigido ni tiene pinta de que vaya a hacerlo. Esto obviamente no cambia mi opinión sobre Álex como director, pero sí que me da la sensación de que tenemos concepciones muy diferentes del rol.
Lupus in tabula: Uno de tantos trasuntos de Hombres Lobo de Castronegro, de este juego solo recuerdo dos cosas. Una es que me lo habían puesto por las nubes y otra que cuando lo probé en las CLN de Valladolid sufrí las 4 horas de aburrimiento más atroz que recuerde en unas jornadas de rol.
Pasión de las pasiones: Sorprenderá mucho ver este nombre aquí, y más sorprenderá si digo que es un juego que me encanta dirigir y una maravilla de propuesta. ¿Entonces por qué en esta lista? Yo descubrí Pasión de las pasiones con la versión ashcan (una especie de demo) que sacaron en su día, y me gustó tanto que cuando anunciaron el manual entero me metí de cabeza a la preventa. Pero cuando llegó el manual definitivo vi que no incluía cosas que necesitaba (como arquetipos nuevos) y sí que tiraba por vías que me parece que le pegaban como a un cristo dos pistolas y utilizaba un lenguaje "inclusivo" que el autor es muy libre de usar, pero que a mí me resulta incomodísimo. Lo único que salvo es la baraja de PNJs que traía, porque lo que es el manual, al cajón que se fue. Tal vez algún día me anime y lo reseñe.
Heroes of Might&Magic VI: Solía ser muy fan de la saga Heroes of Might&Magic y el V es uno al que metí muchísimas horas, pero cuando salió el VI me dieron ganas de tirar el ordenador por la ventana. No solo obligaba a instalar el launcher de Ubisoft, que a veces hacía que tardara más en arrancar el juego que uno de Spectrum, sino que cuando por fin podía entrar veía que metían un montón de cambios a peor, la dificultad estaba mal medida y no lograba divertirme ni un poco.
Dark corners of the Earth: Soy un admirador de la obra de HP Lovecraft, y cuando vi este juego en seguida me llamó la atención su estética y lo bien que adaptaba la esencia de La sombra sobre Innsmouth. ¿El problema? No era divertido.
Postal III: Esta sí fue de las gordas. Postal era un juego muy gamberro al que en su día le di bastante caña y su secuela Postal II parecía hecha para mí. Por eso cogí este juego con muchísima ilusión y disfruté como un enano... durante cinco minutos, hasta que me tuve que resignar y admitir que había tirado dinero. No puedo ser muy detallado en la crítica, pues no lo he vuelto a tocar y la solo es un mal recuerdo en mi cabeza.
Bonus track - Edge Days: No sabía si meter esto en la lista, puesto que ya fui con la sospecha de que no me iba a hacer mucha gracia, pero no se puede negar que si te sacas entrada para dos días del evento y al segundo, teniéndolo pagado, no vas, pues un poco de decepción igual sí ha habido.