martes, 31 de julio de 2018

Colonos de Catán

La caja del juego en su versión original alemana.

Si hablamos de Catán estamos hablando de uno de los juegos de mesa más populares, y que tiene el mérito de haber sido punta de lanza para introducir los juegos de mesa a un público más generalizado (en España, que en Alemania esto de los juegos de mesa tiene una recepción mucho más amplia). Tiene además unos añitos, pues es de 1995, aunque aquí se dio a conocer algo más tarde. 

Ambientado en la ficticia isla de Catán, los jugadores son los colonos (o descubridores, en la primera traducción) que llegan a una isla repleta de recursos naturales a explotar, con los que deben construir cosas que les permitan seguir construyendo.

Estos recursos son Trigo, Piedra, Madera, Ovejas y Ladrillo (aunque también suele ser llamado barro, arcilla, adobe...), y son generados respectivamente por las casillas de Campo, Montaña, Bosque, Pradera y Cantera.

Este aspecto presenta el tablero.

Vale, ¿cómo se juega a esto?

Como puede verse, el tablero está formado por hexágonos, y unos círculos con números del 2 al 11 (excluido el 7), que son los componentes con los que aleatoriamente o de manera predefinida montaremos el mapa al principio de la partida. Esto hace que las combinaciones de mapas sean virtualmente infinitas y si se quiere no haya nunca dos partidas iguales. A esto habría que añadir los puertos, pero luego vamos a eso.

Antes de empezar montamos el mapa y decidimos quién empieza. Cada jugador pondrá, por orden, en una de las intersecciones del mapa (o sea, "donde se juntan tres hexágonos") una ficha de poblado y una ficha de carretera. Luego, en orden inverso (el primero que puso la primera será ahora el último) ponen un segundo poblado con carretera, ganando los recursos que dé ese nuevo poblado (ahora lo explicamos). Pueden ponerse los poblados en cualquier intersección libre, siempre que haya al menos dos líneas de distancia con cualquier otra.

Ejemplo de poblados bien o mal colocados.

¿Y cómo va lo de generar recursos que se decía en el párrafo anterior? Cada intersección toca tres (algunas menos) casillas, y estas casillas generan recursos a los poblados que las tocan, de modo que al comenzar la partida, si el segundo poblado que hemos puesto toca, por ejemplo, dos montañas y un bosque, empezaríamos la partida con dos cartas de piedra y una de madera.

Ahora empieza la partida en sí cuando el primer jugador coge y lanza... ¡los dados! Sí, dados. Colonos de Catán es un juego de negociación y estrategia, pero también es un juego de azar, en el que la mala suerte puede condenar al mejor de los jugadores. 

Como decíamos, lanza los dados (2 dados de 6 caras) y empieza el show. Se mira el resultado y las casillas con esos números generan recursos para los poblados que estén en intersecciones adyacentes a dichos poblados. Se ve fácil con la siguiente foto.

Si saliera un 9, la casita azul (poblado) ganaría una carta de trigo y la naranja (ciudad) ganaría madera.

Aquí los poblados generan un recurso y las ciudades generan dos. Y esto es con independencia de quién haya tirado los dados. Sí, puede pasar que sea tu turno, tires los dados y todos ganen cartas excepto tú. La vida a veces es cruel.

¿Y si sale un 7? No hay disco con el 7, por tanto con este número se procede a mover el "ladrón", un peón especial, que se pone encima de un disco numerado, haciendo que esa casilla no genere recursos. En el ejemplo de la foto, el peón blanco que está encima de la casilla de montaña es el ladrón, y hace que esa casilla, mientras el ladrón esté ahí, no genere recursos. 

Pero además el 7 tiene más efectos divertidos. Primero, cualquier jugador que tenga en la mano más de 7 cartas de recursos, debe descartarse de la mitad (por experiencia, esto escuece mucho), luego el jugador que ha tirado los dados pone el ladrón en la casilla que quiera (es obligatorio moverlo, no vale dejarlo donde estaba) y por último le roba a cualquier jugador con una ciudad o poblado adyacentes a esa casilla una carta aleatoria de recursos (como puede verse, tirarle el ladrón a alguien es una bonita manera de romper amistades).

A estas alturas nos estaremos preguntando para qué sirven los recursos, pero antes hay que explicar la fase de comercio, que es una clave en este juego. En ella, el jugador activo puede intercambiar sus cartas de recurso con otros jugadores o con la banca. Para cambiar con otros jugadores, pues libre comercio, y cualquiera le puede hacer ofertas (¡te doy dos trigos por una oveja! ¡te doy dos maderas y un trigo por un ladrillo! ¿tienes trigo?). Para cambiar con la banca, puede cambiar cuartas iguales por una cualquiera, a menos que tenga acceso a puertos, es decir, un poblado o ciudad en un vértice que dé a un puerto. Tres a uno si es un puerto genérico, dos a uno si es un puerto específico.

Lo remarcado son puertos. Los que tienen el símbolo de un recurso son específicos de ese recurso, y los que tienen el signo de interrogación son genéricos.

Sí, muy bien. Pero todavía aquí nadie ha explicado para qué sirven las cartas de recurso. 

A esa pregunta responde la fase de construcción, que es cuando se pueden comprar carreteras, poblados, ciudades o cartas de desarrollo. Cada una de estas tiene un precio y algunos requisitos.

Carretera: Madera y ladrillo. Tienes que construirla naciendo de una de tus ciudades/poblados o continuando una carretera que ya tengas. El primer jugador que construya 5 carreteras seguidas (haciendo un camino) gana la carta de Gran carretera comercial, que da 2 puntos de victoria pero que cualquier jugador le puede arrebatar en el momento en que haga una más larga.
Poblado: Madera, ladrillo, oveja y trigo. Tiene que estar comunicada por carretera con alguna de tus ciudades/poblados y a un mínimo de dos de distancia de cualquier otro. Cada poblado vale un punto de victoria.
Ciudad: Tres piedras y dos trigos. Se construye sobre un poblado y lo reemplaza. Cada ciudad vale dos puntos de victoria.
Desarrollo: Oveja, piedra y trigo. Ganas una carta de desarrollo (ahora vamos a eso).

Las cartas de desarrollo son cartas especiales que nos pueden dar un importante impulso en la partida y son estas:

-Caballero: Mueves el ladrón y robas un recurso, igual que si hubiera salido un 7, pero sin obligar a que los que tengan más de 7 cartas se descarten. Además, si juegas tres cartas de caballero ganas la carta Gran ejército de caballería, que da 2 puntos de victoria pero que cualquier jugador te puede arrebatar en el momento en que tenga más caballeros jugados que tú.
-Monopolio: Dices un tipo de recurso y los demás jugadores tienen que darte todas las cartas que tengan de ese recurso.
-Construcción de carreteras: Construyes inmediatamente, y sin coste, dos carreteras (en posiciones legales).
-Descubrimiento: Ganas inmediatamente dos recursos cualesquiera.
-Puntos de Victoria: No hacen nada, pero cada una de estas cartas vale por un punto de victoria. Estas cartas no las juegas, sino que las mantienes en secreto y las muestras cuando acaba la partida.

Estas cartas de desarrollo las puedes jugar en cualquier momento de tu turno, pero no en el turno en el que las acabas de robar. Y solo puedes jugar una carta de desarrollo por turno.

¿Cuándo acaba el juego? Pues en cuanto un jugador alcanza, entre cartas, ciudades y poblados 10 puntos de victoria. Se comprueba que efectivamente tiene 10 puntos de victoria y se declara ganador.

lunes, 30 de julio de 2018

La primera purga: La noche de las bestias

Yo también siento una cierta dualidad.

Uno está preparado para enfrentarse a la tesitura de ir al cine a ver una mierda de película y encontrarse con una mierda de película, o incluso a veces de ver algo peor que lo que esperaba ver. Pero lo que resulta confuso es cuando uno va al cine esperando ver una basura y se encuentra con algo que es cuando menos correcto.

Vale, esto va de la saga de La Purga, a la que me gusta mucho atizar. Con una premisa ridícula nos plantaban una película más o menos de terror de home invasion, la secuela, algo más aceptable (pero poco) se convertía en un correcalles sin mucho sentido (aunque introducía elementos interesantes) y la tercera era un poco despropósito, la verdad.

Con esas credenciales no debe sorprender que mis expectativas no solo fueran bajas sino que además iba al cine con cierta maldad, frotándome las manos ante la expectativa de poner a bajar de un burro otra ponzoña sin sentido. 

Pero no. La película no solo resulta una aceptable película de acción (con sus miserias y algunos clichés del género, pero un blockbuster funcional), sino que consigue, en su intento de expandir su propio universo, arreglar algunos de sus propios desbarajustes, haciendo que su planteamiento tenga sentido, hasta el punto que de alguna manera soluciona muchos problemas de los que adolecía y logra ofrecer una distopía más o menos creíble.

Siguiendo en la línea de lo que sugería la secuela (Anarchy), nos muestra esta siniestra purga como una medida que toman los poderosos, alentados por la extrema derecha más Trumposa (aplaudan mi ingenio por el juego de palabras, por favor), para quitarse descaradamente de en medio a los elementos más pobres de la sociedad, y cómo usa la maquinaria propagandística para vender a la sociedad la moto de que es algo positivo, y las triquiñuelas de las que se valen para que funcione algo así. Casi da miedo pensar que tal y como lo plantean, hay gente que sí reaccionaría como en la película. 

Así, sin ser una película redonda, la precuela de La Purga viene a tapar muchos agujeros y nos lleva a la conclusión de que si hacemos como si la película original de La Purga nunca hubiera existido, la saga gana coherencia.

domingo, 29 de julio de 2018

Último finde antes de TdN

Hoy empezamos con este.

Aunque ya tengo medio fin de semana contado, como a estas horas da pereza ponerse a escribir cosas más profundas, voy a lo de siempre. El viernes me lo salto, claro, y voy al sábado. Por la mañana voy a quemar un poco de lorza al gimnasio haciendo cardio y luego voy con mi señora novia a tomar unos cacharros por ahí y a comer. Por la tarde voy al cine a ver la nueva película de La Purga, que mañana comentaré, y que me despierta sensaciones encontradas (¡no es la puta mierda absurda que esperaba ver!). Ya por la noche, a la lonja, a enseñar a unos amigos a jugar a... ¡Colonos de Catán!

Domingo por la mañana sigo con la costumbre suicida de ir a correr al gimnasio por las mañanas y luego, para compensar, a dar una vuelta y tomar algo. Por la tarde, lo que se ve en la foto. Seguimos con la campaña de Warhammer "El enemigo interior" y nos adentramos en el proceloso mundo del tercer libro. Esta campaña, no sé si ya lo había contado por aquí, la empecé hace 14 años y el director de juego nos la dejó colgando al final del segundo libro. Esto significa que ahora dejo ya de jugar la parte de la partida que más o menos me sabía y empieza a ser, por fin, todo nuevo para mí.

Y eso ha sido el fin de semana.

sábado, 28 de julio de 2018

Tarde de koreoke

De este estilo.

El plan de ayer por la tarde fue muy musical, pues una amiga celebraba su cumpleaños, y dado que es muy aficionada a la cultura surcoreana, este plan consistió en reunirnos un grupo en un karaoke estilo oriental (o sea, con sala privada) para cantar y tal.

Fue un poco horror al principio cuando éramos demasiada gente y las canciones eran todas K-Pop, pero por suerte el abanico musical se fue abriendo, y pudimos cantar algunos clásicos, como mi estimada "Amante Bandido", aunque también canté Barbie Girl, y saqué a pasear mis mejores falsetes emulando a Cher.

Ya cuando nos echaron de ahí nos fuimos a cenar, y mi estómago aún sufre las consecuencias de ese enorme trozo de queso fundido debajo del cuál parece que había una pizza. Delicioso pero mortal. Luego unas copas y para terminar la noche, a la lonja a jugar a "El espía que se perdió".

viernes, 27 de julio de 2018

Avispas forales

Espero no encontrarme con ninguna.

Hoy recibo en el correo del trabajo un divertido mail que dice lo siguiente:

Egun on.

Ayer se descubrió un nido de avispas asiáticas, según comentan de cierta peligrosidad, en el piso 17 de Nicolás Alkorta, 7.

Los bomberos lo retirarán esta noche pero, hasta entonces, han recomendado a todas las viviendas y locales de la calle que mantengan las ventanas cerradas.

Así pues, por favor, durante la jornada de hoy y hasta nuevo aviso no abráis las ventanas de la oficina.

Sin ánimo de ser prejuicioso, las avispas asiáticas (Vespa Velutina) tienen fama de tener bastante mala leche, y de tener un picotazo que va más allá de lo molesto, así que hoy será mejor pasar algo de calor, y si alguna viene a mostrador, derivarla a otra ventanilla. Que no es plan de convertirnos en el desayuno de tan feroces insectos.

miércoles, 25 de julio de 2018

martes, 24 de julio de 2018

Atrezzo para TdN

No va a haber rol en vivo de Mortadelo, aunque molaría.

Profesor de gimnasia, funcionario de prisiones, vampiro, minero, villano de telenovelas, mafioso sin escrúpulos... más vidas que viviré dentro de dos semanas en ese pequeño paraíso que es el CEULAJ, sede de las Tierra de Nadie. Y como este año me he preinscrito a muchas partidas de rol en vivo, tengo que preparar, aunque sean minimalistas, los disfraces para las partidas (para los no entendidos en estas cosas del rol, una partida de rol en vivo guarda, sin ser lo mismo, ciertas similitudes con el teatro, incluyendo la parte de la caracterización) que jugaré. Dado que el tiempo del que dispongo y el espacio con el que cuento en la mochila son limitados, tendré que intentar tirar de imaginación y convertir en sublime lo simple. A poder ser sin dejarme un dineral en el proceso, claro.

lunes, 23 de julio de 2018

Ocean's 8

Mejor que la original.

El listón no estaba especialmente alto, pues Ocean´s Eleven no me gustó nada, Oceans Twelve me la salté y Ocean´s Thirteen la dejé a medias, y me parecen películas que están más pensadas para divertir a los actores que a los espectadores. Y no se explica muy bien cómo me dejé convencer para ver esta secuela/remake/spinoff, pero sí que con esas expectativas tan bajas, a nada que me diera la película ya iba a ser más de lo que esperaba de ella.

Básicamente es película de banda que orquesta un robo, con un plan tan inverosímil como minuciosamente hilado, en el que cada pieza encaja a la perfección y funciona porque no solo las protagonistas son expertas en lo suyo, sino que la suerte hace que todo lo que pueda salir bien, salga bien. Pero es lo que uno va a ver, así que sin quejas en ese sentido. 

La cosa va ágil, con un ritmo ameno y la presentación del personaje protagonista (Sandra Bullock), con su descaro y su desparpajo, que recuerda a la genial Nueve Reinas, ya es una declaración de intenciones de una película que cumple con su cometido. Le pedí que me entretuviera y lo cumplió, así que:

Debbie Ocean 1 - Danny Ocean 0

domingo, 22 de julio de 2018

Cine, rol y libros: así fue el fin de semana

El nuevo inquilino de mi casa.

Bueno, pues como siempre los domingos, narro el fin de semana. Empezamos con el viernes, que por la tarde tuvo reunión de Moskotarrak para organizar los turnos de Aste Nagusia y luego al cine, a sufrir la terrible segunda parte de Jurassic World que ya comenté ayer.

El sábado por la mañana me levanté pronto para hacer un F5 subrogado, es decir, inscribir en las partidas a un asistente a las jornadas que no iba a poder, y no me costaba nada hacerle ese favor. De ahí al gimnasio y a dar una vuelta antes de comer.

Por la tarde a la lonja, donde había jornadas Campos de Marte y acabo jugando una divertidísima partida de Dragon Ball, que capta de manera fabulosa el espíritu de la serie (¡y pateamos culos de la Red Ribbon Army!).

Por la noche, tras cenar, otra de cine (Ocean´s Eight) y a casa.

Domingo por la mañana, me levanto pronto, así que leo un rato y me pongo a ver la insulsa versión de 2011 de Conan, y a refrescar el Binding of Isaac.

Por la tarde club del libro, al que aporto La muerte de la luz, de George R. R. Martin y me traigo de vuelta Las puertas de Anubis y El regreso de los conejitos suicidas. En cuanto al botín del saqueo, me traigo Spiderwoman: Trapos nuevos (cómic), Educar en el feminismo, Papá Puerco, Los Otros y el cómic Leo Aldebarán

sábado, 21 de julio de 2018

Jurassic World 2: El reino caído

Aunque esta imagen es de Jurassic Park, define muy bien esta nueva película.

Bien. Creo que mi opinión ya ha quedado clara, ahora tendré que explicar, con spoilers, los porqués.

Aquí la excusa que usan para volver a Isla Nublar es que una erupción volcánica va a arrasar con todo y va a volver a extinguir a los bichosaurios de la isla, lo que promueve todo un debate social sobre si habría que salvarlos o abandonarnos a su suerte, y se acaba montando una partida de rescate para volver a la isla. Y en esa partida de rescate va Owen (Chris Pratt), que quiere salvar a su velocirraptora mascota "Blue", y nos cuentan que los velocirraptores son potencialmente el segundo animal más inteligente de la tierra (¡reptiles prehistóricos superinteligentes, toma ya!). Eso ya nos da una pista del rigor sobre etología y ciencia en general que va a tener la película.

Una vez en la isla, los mercenarios contratados para salvar dinosaurios son realmente una banda de aquejados por una severa diversidad funcional cognitiva que se dedican a secuestrar dinosaurios para subastarlos a ricos postores. Así que una vez consiguen que el informático del grupo les encuentre los dinosaurios más caros, abandonan a los protagonistas a su suerte y se van en su barco.

Por suerte (para ellos, pero por desgracia para el espectador) los protagonistas, entre cuyas capacidades está la de pasear a pocos centímetros de la lava sin ni siquiera sudar, se cuelan en el barco que les lleva a la mansión donde los malos quieren subastar los dinosaurios.

Ya está, eso es todo el parque. Todo se desarrolla en otro sitio. Y si algo nos demostró Parque Jurásico 2 es que sacar a los dinosaurios de la isla: MAL. 

A esto, claro, hay que añadir el ritmo plomizo y la falta de carisma de los personajes (Bryce Dallas Howard podría ser reemplazada digitalmente por una planta de interior, y nadie se daría cuenta) que la película lleva rato sufriendo, pero todavía queda un rato, y muchos absurdos por sufrir.

Entre ellos, uno glorioso, cuando para salvar a la velocirraptora de morir desangrada de un disparo tienen que practicarle una transfusión... de sangre de tiranosaurio. ¡Con dos cojones, claro que sí! O que el poderoso plan de los malos sea vender el Indorraptor, un dinosaurio creado con genes de varios dinosaurios, que lo mismo es la máquina de guerra perfecta que te hace la declaración de la renta o te fríe un par de huevos, pues es megainteligente. 

Y, claro, ¿qué pasa si metes un montón de dinosaurios salvajes enjaulados en una mansión llena de tipejos sin cerebro y sin escrúpulos? Pues que inexorablemente se escapan y se arma la marimorena, con gente muriendo de forma ridícula por todas partes, salvo los protas. Y evidentemente se escapa el Indoraptor, ese bicho temible, evolución del Velocirraptor, del Tiranosaurio y si te descuidas hasta de Pikachu, cuya inteligencia le permite abrir discretamente pestillos pero ser una máquina temible de matar no le impide morir de forma estúpida al caer desde unos 9-10 metros. ¿Así que esta era la bioarma definitiva que iba a revolucionar la guerra? Supongo que sería matando a los enemigos de risa.

¡Pero no se vayan, amiguitos, aún hay más! 

Con la crisis más o menos resuelta, tienen que decidir qué hacen con los dinosaurios, y ahí están con su conflicto ético de si dejar que mueran o soltarlos (lo de condenar a la humanidad en el proceso ya tal) y la niña clon (no he hablado de ella antes porque si en su lugar ponen una pulsera de macramé, la película es la misma) aparece para dar el botón, liberando así unos cuántos dinosaurios, que alegremente invaden el planeta, abriendo así la puerta al comienzo de una nueva saga que sea como "El planeta de los simios", pero con dinosaurios.

Recojo mi cerebro del rincón de llorar y me voy. ¿Por qué, Bayona, por qué?

jueves, 19 de julio de 2018

Memorias de un ex-demandante de empleo [XXVII]

Si te suena el anuncio, posiblemente ya tengas una edad.

Hoy voy a hablar del que lo que posiblemente fue lo primero que tuve parecido a un "trabajo remunerado", relacionado con uno de mis hobbies. Hablo de:

El "buzoneo"

La hoy ya desaparecida franquicia Centro Mail, ahora reconvertida en Game, era toda una institución en el mundo de los videojuegos, y fue toda un acontecimiento cuando abrió una tienda en Bilbao. Por aquel entonces yo estaba en el instituto y una megatienda de videojuegos en la que además te dejaban probarlos era lo más parecido al paraíso. Y yo era uno de los habituales, y que los dueños de la tienda, Javi y Asís eran de lo más enrollados y nos ponían los juegos que quisiéramos, de manera que a veces pasábamos ahí más tiempo que en el propio instituto.

Y la verdad es que se pierde ya en la noche de los tiempos la historia completa, pero me recuerdo con un taco de folletos de la tienda, repartiéndolos en la calle, a cambio de mil pesetas, así como recuerdo que no pude repartir la gran mayoría. Pero en un ataque de honestidad, en vez de tirarlos a la papelera y decir que los había repartido (cosa que habría sido muy previsible en un quinceañero), fui a la tienda cabizbajo a entregar los folletos, asumiendo que no me iban a pagar. Pero para mi alegría Javi sacó de la caja registradora el dinero pactado (tengo grabada la visión de las dos monedazas de 500 pesetas (esas monedas gordas y contundentes) y me las dio, de modo que salí de la tienda más feliz que unas castañuelas.

Y así fue como me gané mis primeros dineros. 

miércoles, 18 de julio de 2018

Precios Bilbao Basket 2018-19

Esto multiplicado por dos.

Hoy nos comunica el club (que todavía no tengo muy claro que vaya a jugar esta temporada) los precios de los abonos de este año, sustancialmente más bajos, al estar en LEB y no ACB. Yo hubiera preferido, la verdad, que los precios fueran los mismos y el club tuviera pasta, pero habrá que verle el lado bueno.

Además, ahora las cosas parecen indicar a que perderé una apuesta que me alegro de haber perdido, y es que tan convencido estaba de que el descenso significaba la desaparición (es más, no veo claro que eso no vaya a suceder) que me aposté con mi padre que si salíamos en LEB le pagaba el abono. ¿Bilbainada? No, un win-win muy bien calculado: si pierdo la apuesta gano no tener que renunciar a una de mis aficiones.

Así que, bueno. Ya se irá viendo si en octubre sale el equipo, como dicen.

martes, 17 de julio de 2018

El mejor verano de mi vida

Cartel colorido, como la película.

¿Qué esperar de esta película? Pues lo que hay: una buddy movie formulaica para el lucimiento de su protagonista, que no es actor sino humorista metido a actuar. Y como es de esperar, actúa igual que monologa. Es decir, que tendremos una historia amable, con sus gracietas y sus momentos de ternura, con villanos de opereta y una resolución completamente previsible y azucarada.

Básicamente, a quien le guste Leo Harlem y quiera pasar un rato entretenido puede darle una oportunidad, sabiendo que no ha de esperar gran cosa. Y a quien no le guste Leo Harlem, o espere una película original o rompedora, que se busque planes mejores.

lunes, 16 de julio de 2018

Cosecha de F5

¡He pillado plaza en un vivo!

Ayer era el día del F5 para las actividades de las TdN. Es decir, estar delante del ordenador esperando como buitres, y a las 10:00 a apuntarse a todo correr, como pollos sin cabeza. Otros años se me ha dado peor, pero este he conseguido coger mi primera opción en 4 de los 5 que pedí, y además mis partidas (Grease y El mejor Lugar) se llenaron bastante pronto.

Así pues, esto jugaré en TdN 2018:


Old Man Reaver: Partida basada en la serie de televisión Firefly. Sábado por la tarde.
Humanidad:  Una sobre vampiros y su perdida... humanidad. Viernes por la noche.
Thunder City: Por la sinopsis parece un estilo a lo Borderlands. Jueves por la noche.
Patrona de las desamparadas: Una prisión de mujeres, a lo Orange is the new black. Sábado por la noche.

Así que entre esto y lo que dirijo, solo se me queda sin partida la franja del domingo por la noche.

domingo, 15 de julio de 2018

Fin de semana con cosecha de F5

Con los pucelanos.

A estas alturas del domingo la entrada del blog solo puede ir sobre una cosa (sobre lo de todos los domingos): el fin de semana.

El viernes después de comer cogí el autobús a Maxcenter para ver la ayer reseñada "El rascacielos" y luego volví a Bilbao dando un paseo, concretamente a la lonja, para jugar (y ganar) una partida al Manoeuvre y luego cenar, socializar y volver a la lonja para jugar (y ganar) una partida de Not Alone.

El sábado me levanté más o menos pronto para ir al gimnasio y a mediodía quedé con Sito y Leila, uno amigos de Valladolid que venían de visita con su pequeñuela, y les estuve haciendo la visita guiada turística por la ciudad aprovechando el buen tiempo. 

Me despido de ellos y por la noche a la lonja, donde jugamos al Arkham Horror, pero somos derrotados (y devorados por el propio Cthulhu).

El domingo otra vez me levanto temprano, pues es el F5 de apuntarse a las actividades (y durante la noche tengo varias veces la pesadilla recurrente de que me despierto tarde y no llego a tiempo). La cosecha es positiva (mañana hablaré de ello) y luego me voy otra vez al gimnasio a sudar. Por si eso no fuera poco, me voy a la lonja, aún por la mañana, a currar poniendo las estanterías nuevas y reubicando los juegos (¡no sabía que había tantos!).

¿Y a dónde voy por la tarde? Pues otra vez a la lonja, que teníamos partida de rol. Hoy por fin terminamos de purificar el castillo Witgenstein y ponemos fin al segundo libro de la campaña del Enemigo Interior.

Y eso ha sido más o menos mi fin de semana.

sábado, 14 de julio de 2018

El Rascacielos

La encarnizada lucha de un hombre contra las leyes de la física.

Voy a empezar hablando de este blockbuster veraniego con un spoiler que define muy bien la película: apagan un incendio reiniciando un edificio. Literal.

Dicho esto, ya sabemos qué nos podemos encontrar, aunque poco intuitivo sería quien se fuera al cine a ver otra cosa. Casi un tributo al cine de acción de los 80 o 90, esta es una película que mezcla cosas de La Jungla de Cristal, el Coloso en Llamas (aunque esta sea del 74) y nos pone en la clásica situación de espacio cerrado tomado por malos armados en el que el bueno es prácticamente un superhéroe que tiene que superar todo tipo de proezas imposibles para salvar a su familia, con un argumento al servicio de la fantasmada que, de puro previsible, ya ni se molesta en esconder las sorpresas, de modo que nada más verlos uno ya sabe quiénes van a ser los traidores. Me puedo imaginar el casting para los antagonistas: "imprescindible tener cara de malo".

Erraría quien acudiera al cine a ver un tratado coherente sobre arquitectura moderna y las implicaciones sociales y ambientales que tendría erigir un rascacielos de un kilómetro en medio de Hong-Kong, porque aquí lo que se va a encontrar es a The Rock usando su pierna ortopédica a modo de piolet para subir hasta la planta 200 por la parte de fuera del edificio. Y se lo perdonamos porque es The Rock, y lo que queremos no es ver una delicatessen del cine, sino una hamburguesa grasienta con patatas aceitosas, que combinen con el vaso gigante de Coca-Cola y las palomitas. 

Lo que viene siendo un blockbuster veraniego de catástrofes. Empieza la película, resuelves panel, apagas el cerebro y a disfrutar.

jueves, 12 de julio de 2018

Antman y la Avispa

Mike el de Friends y Kate la de Lost en la fiesta de disfraces de Mass Effect.

En 2005 los estudios Marvel sacaban una película simpática sobre un pequeño héroe, y que resultaba ser una de las sorpresas del verano, con una de las secciones más simpáticas de la franquicia. Antman era fresca, simpática y muy divertida.

Llega ahora la secuela, en la que el diminuto héroe ya no trabaja solo en el microcosmos, sino que son ya dos los canijos, y vuelven a enfrentarse a los malos en una comedia de aventuras que sigue en la sintonía de la primera. Es bueno cuando vas al cine con la idea de ver algo y es lo que te encuentras. Igual a ratos se pasa demasiado en el nivel de payasadas, es verdad, pero la primera tampoco tenía un gran nivel de seriedad. 

Me gusta mucho de esta película que haya malos con motivaciones reales, y con los que se puede empatizar (aunque también hay villanos, como el del siempre soberbio Walton Goggins, que son un poco de "jajejijoju", pero esto es un tebeo de superhéroes), y también me gusta cómo logran el efecto visual de rejuvenecer actores, en concreto a Michael Douglas. 

Pues sin perderme en profundas digresiones técnicas, digo de esta película que da de ella lo que se espera, lo que en este caso es bueno. Y que tiene dos escenas postcréditos, una de las cuáles enlaza esta película con los sucesos principales de la saga Marvel y la otra... ¿qué, os habéis quedado a gusto, eh?

miércoles, 11 de julio de 2018

Donante

Ya podía ser así, pero no.

Para todo hay una primera vez, y hoy ha sido la primera vez que he donado sangre. Es algo que siempre había querido hacer, no es broma, pero pensaba que no podía, debido a una hepatitis que me tuvo casi todo el verano en la cama cuando tenía 9 años. Pero el viernes me abordaron de un autobús de donaciones y me dijeron que sí podía. El mismo viernes no me era posible, que iba a estar fuera, pero hoy que he podido me he acercado al ambulatorio.

A ver, el proceso agradable no es. Primero con el formulario, que no horroriza pero es un poco pesado (esto es como ir al banco: te hacen un montón de preguntas, firmas papeles y luego te sacan la sangre) Luego la extracción en sí, en la que te inyectan la perforadora de una plataforma petrolífera en el brazo, mientras te van absorbiendo los jugos vitales. Uno, ante esa situación, trata de mirar en otra dirección y distraerse, pero en la tele estaba sintonizada Telecinco, con una entrevista a Eduardo Inda, de manera que no tengo muy claro qué es peor. Y por último, la parte también aburrida de estar con el brazo algodonado mirando al techo (podría mirar a la tele, pero recordad lo que había).

Cuando por fin termina la sesión llega la parte buena, que es la de la bebida y el bocadillo, y luego a casa. Dentro de tres meses, a pasar otra vez por caja.

No mentiré, no es un plato de gusto, pero realmente me ilusionó mucho saber que podía hacerlo, y que con esto seguramente esté ayudando a alguien. Un pequeño deber ético cumplido.

martes, 10 de julio de 2018

Vuelta de Milan (2)

Como vista desde lo alto.

Seguimos con la ruta de Milan. El domingo por la mañana nos levantamos y, guiados por SC, nos vamos a la estación de tren, para ir a ver el lago Como, que nos conduce a la estación y nos deja libres. Sin embargo, la conexión autobús-metro hace que lleguemos poco después de que se largue el tren, lo que nos tiene casi una hora esperando, hora durante la cual nos acercamos a ver de nuevo el castillo Sforza.

Por fin llega el tran, y ahí que vamos, como sardinas, hasta Como. Mucha gente, mucho calor y mucho ambientazo (con torneo de baloncesto callejero incluido). Ahí, tras hacer cola bajo el sol, compramos los tickets para el ferry y nos vamos a devorar unas porciones de pizza.

Una hora de ferry más tarde, llegamos al agradable pueblo de Bellagio, donde comemos (¡sorpresa, más pizza!), damos un paseo y al mirar los horarios de autobuses vemos que solo hay cada hora. Algo de agobio hace coger el autobús de vuelta a Como. Horrible hora y pico de autobús y curvas.

Llegamos a Como y aprovechamos para coger el funicular, para subir arriba y disfrutar de las fabulosas vistas. Esa parte bien, pero al bajar, una cola terrible nos hace tener que esperar más de lo previsto.

Una vez abajo, serían como las 7 de la tarde, nos vamos a dar un baño en el lago. Agua fría, y no muy limpia. Pero con el calorazo, se agradece. Tras el baño, damos un paseo por el pueblo y apuramos hasta el último tren, el de las 22:16, para estar por ahí y cenar... sí, pizza.

En el tren vamos cómodamente, hasta que en Saronno, que ni siquiera es Milan, se para y tenemos que hacer trasbordo, con un tren que llega con retraso. Pero por fin llegamos a Milan, y un taxi nos lleva a casa, donde los mosquitos nos esperaban con las alas abiertas.

Una masacre de mosquitos antes de ir a dormir no impide que nos cosan a picaduras, y que el lunes amanezcamos con extremidades hechas un cisco. Desayunamos, hacemos las maletas y nos vamos con SM y SC a tomar algo en el centro antes de ir hacia el aeropuerto.

En el aeropuerto pasamos el control de seguridad, comemos y, contra todo pronóstico, el avión sale a su hora y llega a Bilbao sin retraso, a pesar de viajar en él SN. 

Y eso ha sido, más o menos, la escapada a Milan.

lunes, 9 de julio de 2018

Vuelta de Milan (1)

Il Duomo por la noche.

Ya de regreso en Bilbao (hace rato, de hecho), procedo a narra el fin de semana milanés.

Este viaje tenía como propósito visitar a mi señora madre (en adelante, SM) y su señor consorte (en adelante, SC), que llevan desde abril residiendo en la capital lombarda, en una suerte de "Erasmus" de jubilados, pues entre sus aficiones está la de estudiar italiano. Me acompañaba en el viaje mi señora novia (en adelante, SN), y ambos cogimos el avión el viernes a eso de las 17 de la tarde. Debería haber salido algo antes, pero las autoridades aéreas detectaron la presencia de SN en la lista de pasajeros, y por no faltar a la tradición, vuelo en el que viaja SN, vuelo que se retrasa.

Llegados a Malpenza, el encuentro con SM y SC, que nos conducen a su vivienda, donde nos habríamos de alojar. Una vez instalados, nos vamos a dar un garbeo los cuatro por el centro milanés y a cenar en una terraza (pizza, ¿cómo no?).

Dormimos, siendo sensualmente acariciados por los mosquitos (ciudad húmeda y calor, divertida combinación) y a la mañana siguiente nos vamos otra vez al centro, aprovechando para comprar souvenirs y subir al Duomo. Acostumbrado a ver catedrales desde dentro, tiene su gracia verla desde arriba.

Parece que eran hormiguitas.

De ahí, tras comer a la carrera, SN y yo nos vamos a la Iglesia de Santa Maria delle Grazie, donde empieza la visita guiada, cuyo objetivo principal era ver el que sin duda es el cuadro más icónico de Milán, y protagonista de cierta novela de Dan Brown: La Última Cena. Por normas del sitio, la visita es breve, pero vale la pena. Confieso que lo imaginaba más pequeño.

Seguimos con la visita, haciendo parada en el castillo Sforza, bajo un sol abrasador, y continuamos con la galería y nuevamente a la plaza del Duomo (he resumido dos horas de visita en tres líneas, ¡toma ya!).

Acaba la visita y nos vamos a merendar, unos panzerotti (una especie de buñuelos salados rellenos, muy ricos) y unos espectaculares helados, antes de dirigirnos a una de las zonas más bonitas de Milán: los canales de Navigli.

Ahí estamos mojando los pies, mientras saboreamos unas bebidas frescas y charlamos con un italiano muy majete, que se manejaba perfectamente en español. Estamos ahí hasta la cena, aunque no tengo claro si la cena son las porciones de pizza o nosotros, a tenor de los mosquitos que, sin ningún tipo de disimulo, se abalanzaban a la caza y captura de nuestro humor sanguíneo.

La última cena fuimos nosotros.

Deambulamos un poco por Navigli, y ya tomamos la avenida Génova (no confundir con la sede del PP) rumbo al Duomo, donde cogeríamos un taxi para volver a casa.

Próximas paradas: Como y Bellagio.

viernes, 6 de julio de 2018

A Milán

Hoy duermo allí. Bueno, no en la plaza, claro, duermo en una cama. Pero en Milán.

jueves, 5 de julio de 2018

miércoles, 4 de julio de 2018

El verano vasco

Algo así es Bilbao ahora.

Me gusta vivir en Euskadi, y me gusta Bilbao. Pero algo muy característico, a lo que debemos este clima tan verde es la lluvia. Y a ver, que a veces es agradable, pero otras veces uno se plantea que cuando es julio no estaría de más un poco de sol. Sobre todo porque cuando se juntan humedad y calor el resultado es un bochorno que no deja dormir, y provoca unas sudadas que hacen que cuando voy al gimnasio mi ropa esté empapada desde antes incluso de cruzar la puerta.

martes, 3 de julio de 2018

Cinco años de ABACO

Este no, el otro.

Realmente la fecha oficial habría sido el 23 de junio, que es cuando la Asociación Bilbaína de Actividades Culturales y de Ocio ABACO se inscribió en el registro de asociaciones, y lo que hasta entonces era simplemente "la lonja" empezó un camino que acabaría por convertir el local en el que un grupo de amiguetes quedaban para jugar y charlar en una asociación de más de 50 miembros y con varias actividades a lo largo del año. Y ahí estoy yo metido de patas, como Relaciones Públicas y el socio que más tiempo lleva en la Junta Directiva. 

Y esto tiene su guasa porque cuando se fundó yo no tenía ninguna intención de meterme, pero me dejé liar, y pese a que mi declaración de intenciones fue no mover un dedo por la asociación, poco a poco fui cayendo en la espiral y acabé metido de patas en el proyecto, participando en casi todas las actividades y como responsable de comunicaciones. Y jamándome, para más señas, la coorganización de las tres últimas ediciones de las jornadas Ómicron.

Naturalmente no haría nada de esto si no estuviera a gusto, y es que resulta obvio que ABACO se ha convertido en algo muy importante para mí y en el proyecto que comparto con muchos de mis amigos. Un proyecto que espero que aguante muchos años.

lunes, 2 de julio de 2018

Hereditary

La familia feliz.

Hay un subgénero dentro del cine de terror que no me gusta nada, que es el de posesiones y casas con fantasma, lo que hacía que a priori esta película no me llamara demasiado. Pero eran tan buenas las críticas que estaba viendo, que me he animado a verla, para comprobar qué hay de cierto en los halagos que le echaban.

En serio, he debido de ver una película distinta a la que han visto ellos. Hay películas que te absorben y consiguen que el tiempo pase volando, y otras que hacen que estés mirando el reloj y deseando que llegue ya el final, o cuando menos caer dormido en la butaca para escapar al sopor.

Con hechuras de telefilme de sobremesa de Antena 3, la primera hora es un aburridísimo dramón familiar, con un ritmo lento y tedioso, que lejos de hacer empatizar con los personajes, haces que desees que la casa explote con ellos dentro. Cuando empiezan a pasar cosas raras, se convierte en una película de sucesos sobrenaturales... nivel telefilme de Antena 3, y hacia el final tiene algo de chicha, pero para entonces todo el interés por la película se ha desvanecido. Por último, el cierre es una patochada que termina de abofetear al espectador, y solo falta un plano secuencia del director mirando a la cámara y descojonándose mientras señala con el dedo.

Puede que sea una de esas películas que le gusta a todo el mundo menos a mí (toda película de éxito tiene alguien a quien no le gusta y esta vez me ha tocado ser a mí), o puede que una campaña de marketing bien orquestada haya elevado al éxito una cinta que no debería haber pasado del videoclub. En cualquier caso, cada uno que se forme su propio criterio, pero yo tengo muy claro que si lo llego a saber, me ahorro la visita al cine.

domingo, 1 de julio de 2018

Finde con triple de rol

Esto tocó el viernes.

Este fin de semana he acabado jugando más a rol que en muchas jornadas, la verdad. El viernes partida que nos llevó tarde y parte de la noche de Hombre-Lobo, donde mi personaje sufre los efectos de la licantropía y el racismo en sus comienzos como cambiaformas.

El sábado, muy relacionado con el rol, la asamblea de Abaco, precedida por la reunión de la junta directiva. Una reunión muy larga de la que salgo renovando el cargo de voceras oficial de la asociación (aunque relaciones públicas queda más elegante). Y tras la reunión y la cena, me pongo detrás de la pantalla para terminar la fabulosa campaña "Estrellas Anónimas", en la que pongo en práctica todos mis trucos de director de juego a fin de intentar hacer de la campaña algo inolvidable para los jugadores.

Y hoy para redondear, un nuevo episodio de la campaña de Warhammer, en el que seguimos zurrándonos con todo lo que se mueve en el infame castillo Witgenstein.

Para compensar, también he tenido triple ración de gimnasio, con la tarde del viernes y las mañanas de sábado y domingo, eso sí. Elíptica a tope.